Aliados insospechados: Ecologistas en Acción y Manos Unidas debaten sobre Laudato si - Alfa y Omega

Aliados insospechados: Ecologistas en Acción y Manos Unidas debaten sobre Laudato si

Ricardo Benjumea
Ángeles Torres, Marco Gordillo (Manos Unidas), Berta Iglesias (Ecologistas en Acción) y Manuel Ruiz (UAM)

«Nunca hubiera esperado un documento eclesial tan claro y sin ambigüedades», reconocía Manuel Ruiz, profesor titular de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid, organizador de un debate sobre la encíclica Laudato si que reunió el pasado viernes en Colmenar Viejo (Madrid) al coordinador de Campañas de Manos Unidas, Marco Gordillo, y a la militante de Ecologistas en Acción Berta Iglesias. En la organización del acto participaron integrantes de la coalición izquierdista Ganemos Colmenar, uno de cuyos pilares es el partido ecologista Equo.

En la mesa se sentó también una misionera de la localidad ya jubilada, Ángeles Torres Cid, quien destacó la capacidad de Francisco de unir en defensa del medioambiente y de la justicia social a «gentes que venimos de distintos lugares». «Ojalá sea esto el inicio que podamos realizar para cambiar la parcela del mundo que nos toca vivir», añadió.

Unidad de acción y activismo de proximidad. Desde esas claves habló Berta Iglesias de la importancia de la Laudato si para el movimiento ecologista, resaltando en primer lugar el impulso al diálogo con la Iglesia. «A veces la religión nos pone un poco de uñas, y estamos perdiendo a un montón de gente con la que podemos hablar de igual a igual, gente de la que aprender y a la que transmitir», dijo.

Muy importante para ella es también el acento social en la encíclica del Papa, algo que «quizá le faltaba al ecologismo más clásico». La Laudato si resalta el estrecho vínculo entre las cuestiones sociales y las medioambientales, lo cual «nos lleva a preguntarnos por qué no colaboramos más con Cáritas o con otras organizaciones». En paralelo, Marco Gordillo reconoció que, «cuando hace unos diez años, empezamos a trabajar de forma conjunta cambio climático y justicia social en Manos Unidas, hubo mucha gente que, desde dentro, se nos echó encima, acusándonos de perder nuestra identidad como organización que lucha contra la pobreza porque decían que nos estábamos volviendo ecologistas».

Iglesias puso también en valor el «ecologismo con corazón» que propone Francisco. Cuando se plantean problemas como el cierre de una fábrica de carbón o la defensa de los lobos hay que tener en cuenta los intereses de los mineros y los ganaderos, lo que demanda un ecologismo más cercano a los movimientos sociales y sindicales y, sobre todo, menos urbanita. «Necesitamos recuperar el campo y que el agricultor y el ganadero no nos vean como enemigos», dijo. «Muchas de nuestras luchas son muy internacionalistas, como el TTIP», el fracasado tratado de libre comercio con Estados Unidos «Pero además de denunciar» las grandes injusticias mundiales –cosa que hace también Francisco–, «es necesario plantear iniciativas visibles, aunque sean pequeñas», prosiguió, citando como ejemplos a los «grupos de consumo, cooperativas, estructuras locales que intentan salirse de la lógica del sistema neoliberal» y tienen la virtud de «generar entusiasmo» y mostrar que «existen alternativas».

En esto coincidió Gordillo: «Si en cada pueblo, en cada ciudad, recogiéramos los proyectos que han surgido en los últimos años que promueven una vida más saludable, sostenible y solidaria, nos quedaríamos impresionados de la cantidad», dijo el responsable de la ONG para el desarrollo de la Iglesia en España. «No son entelequias. Son experiencias muy valiosas que nos ayudan a soñar. Hay que incentivarlas y publicitarlas», afirmó.

Y esto es algo que facilita la Laudato si con su insistencia en las pequeñas acciones. «En el movimiento ecologista tenemos que aprender a revalorizar lo pequeño», sostuvo Iglesias. Y también lo espiritual, «entendido no solo en sentido religioso, sino como contemplación. A veces estamos tan metidos en las faenas de la denuncia que no sé si nos da tiempo a salir al campo para disfrutar del campo, y a lo mejor deberíamos hacerlo más».

En términos similares se refirió la activista de Ecologistas en Acción a la esperanza. «Muchos vivimos el ecologismo como una necesidad vital imperiosa, como un imperativo kantiano, algo que nos toca hacer aunque pensemos que no vamos a obtener triunfos. Y esta encíclica hace una llamada fuerte a tener esperanza con palabras muy bonitas», valoró, para concluir con una cita de la encíclica de Francisco: «Caminemos cantando. Que nuestras luchas y nuestra preocupación por este planeta no nos quiten el gozo de la esperanza».