«No queremos ser la típica hermandad del folclore. Queremos acercar almas al Señor» - Alfa y Omega

«No queremos ser la típica hermandad del folclore. Queremos acercar almas al Señor»

Es martes por la noche y juega España en la televisión pero cerca de 60 jóvenes se han dado cita en la Basílica Pontificia de San Miguel para tener un ensayo de la Hermandad de los Estudiantes, de la que son cofrades. La cercanía del Domingo de Ramos, cuando procesionan por las calles de Madrid, ha aumentado la frecuencia de los encuentros preparatorios pero la hermandad no echa el cierre tras la Semana Santa. «Subsistimos todo el año», explica Juan Venegas, hermano mayor de la hermandad

José Calderero de Aldecoa
Ensayo de los costaleros de la Hermandad de los Estudiantes. Foto: José Calderero

Cada Domingo de Ramos la Hermandad de los Estudiantes procesiona por las calles del casco histórico de Madrid la imagen del Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón, que data del siglo XVIII y que está catalogada como la segunda en categoría artística de la capital, y la de María Santísima Inmaculada Madre de la Iglesia, talla del escultor sevillano Juan Manuel Miñarro y en el interior de cuyo paso Alfa y Omega entrevista al hermano mayor de la hermandad, Juan Venegas.

Al acceder, en el interior del exiguo espacio aparecen diferentes estampas marianas pegadas a las trabajaderas (travesaños horizontales utilizados para levantar el paso procesional). Cuando el costalero se coloca en su puesto y comienza la procesión, sus ojos no tendrán más remedio que clavarse en el rostro de María.

Allí, lejos de las miradas de los fieles, alejados de los flashes de las cámaras, la atmosfera es de intimidad con Dios y con su madre, una relación regada con la sangre, el sudor y las lágrimas de los costaleros que entre todos han de cargar más de 1.000 kg —en el caso del Cristo de la Fe y del Perdón— y más de 1.400 kg —en el caso de la imagen de la Virgen—.

Pero la fe de los que llevan en volandas a Cristo y a su Madre no está alimentada solo el Domingo de Ramos, cuando tiene lugar su estación de penitencia. La Hermandad de los Estudiantes «subsiste todo el año», explica Venegas.

Desde enero se intensifica la preparación. La parte técnica «se ensaya los viernes. Ten en cuenta que aquí debajo van 30 hombres apiñados y uno mete el pie donde lo está sacando el de delante. Tienen que acompasarse». También hay una preparación espiritual. «Tenemos conferencias cuaresmales, hacemos vela al Santísimo, todos los viernes de Cuaresma tenemos Vía Crucis a las 19:30 de la tarde», enumera.

El Domingo de Ramos, además de la salida procesional, destaca la Misa de Hermandad, que se celebra a las 17:30 horas. «Es muy emotiva. Ves la iglesia llena de gente celebrando la Misa con muchísima intensidad». Durante la celebración, «los confesionarios están a reventar» porque «esa es una cosa en la que insistimos mucho: la estación de penitencia hay que hacerla en gracia», explica el hermano mayor. «Como yo le digo a los costaleros, “no podemos salir a la calle con los pies sucios”. Date cuenta que a los costaleros lo único que se les ve son los pies. No podemos salir a la calle con los pies manchados. Así que todos pasan por la “garita” (confesionario) y comulgan y salen en gracia de Dios», asegura Juan.

Este es el verdadero «sentido trascendente» de la procesión, que «no es una procesión» ni «un mero teatrillo» sino «una auténtica estación de penitencia». «Estamos haciendo un trabajo para Dios, para acercarnos más al Señor y para acercarle más almas, entonces hay que hacerlo bien. Chapuzas, al jefe, ni una». «No queremos ser la típica hermandad del folclore».

Juan Venegas, hermano mayor, dentro de uno de los pasos de la hermandad donde se puede ver las imágenes de la Virgen que pegan los costaleros. Foto: José Calderero

Formación continua

Una vez pasada la Semana Santa, la Hermandad de los Estudiantes no echa el cierre. Las actividades, sobre todo formativas y celebrativas, continúan el resto del año. «La hermandad pivota sobre tres ejes fundamentales: los cultos, la formación —la hermandad provee a sus hermanos de medios de formación— y la caridad. Tratamos de ayudar a mucha gente a profundizar en su fe», asegura Juan Venegas. Para ello, se organizan hasta cuatro cursos de retiro espiritual para distintos grupos. «Nos vamos tres días con 30 chavales a Cercedilla, a una casa, con meditaciones de las 7:30 de la mañana, con Misa, Vía Crucis, charlas…».

Además, a lo largo del año, «tenemos conferencias monográficas sobre temas de familia, de teología…». Los segundos martes de cada mes «hay vela al Santísimo, también celebramos una Función principal. Organizamos un triduo al Cristo el día de la Exaltación de la Santa Cruz y un Quinario a la Virgen el día de la Inmaculada. Un vía crucis que hacemos el Viernes de Dolores…». Al final, la Hermandad es «una forma de vivir tu vocación cristiana».

Se buscan costaleros

Hoy en los estudiantes hay cerca de 700 hermanos de número. Juan Venegas es el número 5 y, además, ejerce de hermano mayor. «Hace 26 años en torno a José Antonio Galera, rector de la basílica de San Miguel —sede canónica de la hermandad—, y del laico Enrique Estrada, nos juntamos varios chavales con la idea de sacar al Cristo». Se encargó entonces un paso al tallista Manuel Guzmán Bejaramo «pero se le dijo que pusiera un sistema con ruedas por si acaso».

Faltaban los costaleros «y nos hartamos a poner carteles muy sencillos en la universidad: “se necesitan 30 costaleros para portar a Cristo por las calles de Madrid”. Les habíamos convocado un 13 de diciembre y apareció tanta gente que aquel mismo año —1991—, ya pudimos salir por primera vez en procesión», recuerda Juan.

De eso hace ya 26 años y «han sido no pocas las conversiones que hemos visto en la calle». Al fin y al cabo «poner una procesión en la calle también es una forma de catequesis, que es la intención con la que nacieron las cofradías en el siglo XIV-XV en España. Sacaban las imágenes para acercar a la gente a Dios», explica. Y eso sucede: «Hay gente que ha visto la procesión por la calle, se han sentido removidos y nos han escrito un email, incluso algunos nos dicen que querrían creer, que qué tienen que hacer».