El otro lado de la esperanza. Las antípodas de lo ideológico - Alfa y Omega

El otro lado de la esperanza. Las antípodas de lo ideológico

Juan Orellana
Escena de 'El otro lado de la esperanza'
Wikhström (traje gris) acoge a Khaled (izquierda) en su restaurante. Foto: Golem Distribucion.

La película parte de dos tramas paralelas, situadas en Helsinki. Por un lado, Wikhström (Sakari Kuosmanen), un hombre casado, de 50 años, que decide abandonar a su mujer, alcohólica, cambiar su vida y abrir un restaurante. Por otro lado, Khaled (Sherwan Haji), un joven sirio que llega a la ciudad clandestinamente. Huye de Alepo, donde ha muerto toda su familia menos su hermana. Sus vidas se cruzarán en un gesto de mutua humanización.

Quienes conozcan, sigan o gusten de la filmografía de Aki Kaurismaki pueden quedarse tranquilos. En su último filme van a encontrar una muestra más de su estilo personal, con una fidelidad tremenda a su mundo estético. Y temático. Si en la anterior —El Havre— abordó la cuestión de la inmigración ilegal, encarnada en el drama de un menor africano, en esta, sin separarse de la actualidad, se centra en el tema de los refugiados sirios. Y de paso aprovecha para hacer una crítica de la actitud europea, denunciar el surgimiento de los movimientos neonazis, y poner en evidencia —por contraste— nuestra cultura individualista y hedonista.

Este filme, ganador del Oso de Plata al mejor director en el último Festival de Berlín, encarna lo mejor del humanismo cinematográfico europeo, como casi siempre ha hecho Kaurismaki, con esos personajes de tono apático y gigantesco corazón, con ese sentido del humor nórdico que recuerda la ternura de Chaplin, con esa dirección artística siempre vintage que nos devuelve a un mundo casi precapitalista donde los objetos son únicos y cargados de austera personalidad.

Carne, hueso… y gestos

Kaurismaki nos ofrece un cine en las antípodas de lo ideológico, en él no hay discurso, solo personajes de carne y hueso, y gestos —humanos o inhumanos—. Y a pesar de que siempre triunfa el bien, no lo hace al modo de los happyends hollywoodienses, sino que lo hace con austeridad y sobriedad, sin fuegos de artificio. Hay una pureza última en la mirada de este director que bajo una apariencia superficial de ingenuidad, subyace una honda antropología que no parece haberse contaminado del nihilismo imperante. Una delicatessen.

El otro lado de la esperanza
Director:

Aki Kaurismäki

País:

Finlandia

Año:

2017

Género:

Comedia

Público:

+12 años

Cartel de 'El otro lado de la esperanza'