La implicación en la parroquia condujo a Oswaldo Payá al compromiso político - Alfa y Omega

La implicación en la parroquia condujo a Oswaldo Payá al compromiso político

El salón de actos de Alfa y Omega acogió este jueves una conferencia organizada por el Movimiento Cristiano Liberación (MCL) de Cuba. El acto contó con la presencia de Rosa María Rodríguez Gil, que es miembro Consejo Coordinador MCL y la encargada de la recogida de firmas en La Habana para la campaña «Un cubano, un voto», con la que el movimiento pretende impulsar una transición a la democracia desde la legalidad vigente en Cuba

Redacción
Foto: José Luis Bonaño

Junto a ella, intervinieron dos dirigentes del MCL exiliados en España, Regis Iglesias Ramírez y Carlos Payá (hermano de Oswaldo), y el diputado y vicesecretario general de Comunicación del Partido Popular, Pablo Casado.

«Hemos salido de una sacristía»

El legado de Oswaldo Payá, el Movimiento Cristiano de Liberación, fue el título de esta jornada, en la que se recordó al más célebre opositor cubano, fallecido en 2012 en un incidente de tráfico, que todo apunta que fue provocado por agentes de la seguridad del Estado.

Su hermano Carlos resaltó como fue la implicación en la parroquia lo que condujo a Oswaldo y a los miembros iniciales del MCL al compromiso político. «Nosotros hemos salido de una sacristía», aseguró. Sucedió así no por casualidad, sino porque la Iglesia ofrecía los únicos reductos de libertad posibles. En la parroquia del Cerro, en La Habana, después de Misa, se fueron organizando unas tertulias que terminaron consolidándose en la Peña del Pensamiento Católico, embrión del Movimiento Cristiano de Liberación.

La Peña publicaba una especie de hoja parroquial, Pueblo de Dios, que llegó a otra cercana parroquia en la que estaba un joven llamado Regis Iglesias. «Nos enamoramos de esa mística, y así fue como nos vinculamos».

Iglesias, actual portavoz del MCL dentro y fuera de la isla, se convirtió en un colaborador estrecho de Payá, que impulsó lo que se llamó el Proyecto Varela, una propuesta para democratizar el régimen cubano que partía de la libertad vigente, similar a la que impulsa hoy el MCL con la campaña Un cubano, un voto. Fue condenado por ello en 2003 a 18 años de cárcel. Pasó cerca de 8, hasta que, presionado por sus hijas, aceptó el exilio en España. Hoy quiere volver, aunque sea para volver a una prisión y tener que vivir —dice por su propia experiencia— «entre mosquitos, ratas y cucarachas». Para ello ha pedido la mediación del Ministerio de Exteriores español, que volvió a reiterarle durante el acto al diputado Pablo Casado.

El vicesecretario general del Partido Popular, que tiene también prohibida la entrada en Cuba, habló de su relación con Oswaldo Payá, a quien conoció hace algo más de 10 años, siendo miembro de Nuevas Generaciones del PP, durante un viaje a la isla.

Casado encontró en el promotor del Proyecto Varela un ejemplo a seguir, «no por su retórica, sino por el discurso moral que tenía», aseguró: «limpio, sin rencores… Ni siquiera criticó al régimen». En Payá —aseguró— vio «la representación de la dignidad moral del pueblo cubano, que lo único que ha pedido al resto del mundo es lo mismo que cada uno queremos para nuestro propio país».

Ricardo Benjumea / José Calderero @jcalderero