Francisco: «Yo no lo sé, pero el Papa sí estará en Panamá»

Cracovia y Panamá se pasaron el testigo en la vigilia de oración celebrada este sábado con los jóvenes con el Papa. Un grupo de jóvenes polacos depositó la cruz de la JMJ en la basílica de Santa María la Mayor, celebración a la que asistió igualmente un importante grupo de panameños, con el arzobispo, José Domingo Ullo, y otros prelados de este país.

«Hasta Panamá»

El Papa pidió este sábado a los jóvenes que recorran «sin miedo» el camino hacia la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Panamá 2019, en la que, confesó, no sabe si estará presente, si bien les garantizó que el Papa sí acudirá a la cita.

Francisco dejó de lado el discurso que tenía preparado, y en su lugar habló espontáneamente a los chicos, dejándoles algunas tareas para la JMJ de Panamá: «Hablen con los abuelos, escuchen sus sueños», les dijo, repitiendo una idea central de su mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud de 2017, que se celebra este Domingo de Ramos a nivel diocesano.

«Hasta Panamá», dijo Francisco antes de despedirse. «No sé si estaré yo, pero estará el Papa. El Papa en Panamá les preguntará, ¿han hablado con los ancianos, han cogido los sueños del anciano y los han transformado en profecías concretas?».

«Hay una cosa que me gustaría subrayar: Nosotros estamos en el presente, a mi edad, estamos a punto de irnos», les dijo momentos antes el Obispo de Roma.

Un Sínodo para jóvenes católicos y no católicos

Durante la vigilia, el Papa también habló de la importancia del papel que desempeñan los jóvenes en las sociedades actuales y recordó que el Sínodo de Obispos, que se celebrará en octubre del próximo año, tendrá como tema Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. Este será un sínodo pensado «para y de todos los jóvenes», no solo para los católicos, sino también para aquellos «que se sienten agnósticos», que están «alejados de la Iglesia».

La Iglesia necesita escuchar a los jóvenes, apuntó el Pontífice. «La Iglesia necesita ahora de más primavera y la primavera es la estación de los jóvenes».

Finalmente, Bergoglio les animó a asumir un papel más activo en la sociedad, a que «caminen con prisa» y miren hacia delante para construir un futuro mejor. Aunque lamentablemente, reconoció, los jóvenes se enfrentan en el mundo actual a «intolerables» dificultades como el complicado acceso al mercado laboral y son considerados a menudo «material de descarte».

Agencias / Redacción