«Nos agradecía estar ahí» - Alfa y Omega

«Nos agradecía estar ahí»

Las JMJ son el mejor símbolo de esa nueva juventud católica que forjó el Beato Juan Pablo II. Por eso, en los actos celebrados en Roma en torno a su beatificación, no podía faltar una representación de los jóvenes que, con entusiasmo, están preparando la Jornada que se celebrará, en agosto, en Madrid. El nuevo Beato es, ya, su Patrono

María Martínez López
Jóvenes españoles, el domingo pasado, en Roma

Juan Pablo II ya es Beato y, con ello, ha entrado oficialmente en la lista de Patronos de la Jornada Mundial de la Juventud. Los organizadores de Madrid 2011 habían tenido esta posibilidad en mente desde que la Jornada comenzó a prepararse; si bien no se pudo anunciar hasta el pasado enero, cuando se supo que la beatificación tendría lugar antes de la JMJ.

La gran cita de este verano en Madrid estaba presente de forma especial en el corazón de los 600 jóvenes que participaron en la peregrinación organizada por el Comité de la Jornada. Quizá por ello, han sentido especialmente cercano al Papa que las inició, como subraya Covadonga Berjón, voluntaria de la JMJ: «Mira que he hecho peregrinaciones, pero ésta ha sido la más gratificante, nunca había cargado las pilas así. En estos viajes, a veces dejas la profundización espiritual un poco atrás, pero, en éste, todo el mundo se sumaba enseguida cuando alguien proponía rezar. Creo que Juan Pablo II quería que todo saliese así, que cada uno se encontrase personalmente con él». Y así ha sido: «La gente me comentaba que, en la Plaza de San Pedro, habían sentido que Juan Pablo II les agradecía personalmente estar ahí», a pesar del cansancio y el esfuerzo.

Para sentir esa cercanía, no ha sido obstáculo que los más jóvenes no tuvieran demasiados recuerdos del Papa. Loreto, la hermana de Covadonga, de 23 años, lo descubrió en Cuatro Vientos: «Verlo anciano, pero, con esas ganas de transmitir a los jóvenes…, tenías que escuchar su mensaje. Desde entonces, me ha ayudado siempre, y le debo mi vocación como súpernumeraria: mi madre le rezaba por mí, y me decidí el día de su cumpleaños. Me siento privilegiada por haber escuchado a un santo».

Juan Pablo II a su llegada a Cuatro Vientos, el 3 de mayo de 2003

Las JMJ son el mejor símbolo de la nueva juventud católica que Juan Pablo II forjó. Como se recordó en la biografía oficial antes del rito de beatificación; con ellas, «se acercó a las nuevas generaciones». La noche anterior, en el Circo Máximo, el Vicario de Roma, cardenal Agostino Vallini, subrayó que el fin de las Jornadas era «que los jóvenes fueran protagonistas de su futuro», y que por eso, en ellas, «les invitaba a prepararse para las grandes decisiones, a mirar hacia adelante confiando en las propias capacidades y siguiendo a Cristo».

En ese mismo encuentro, se proyectaron cinco vídeos promocionales de la JMJ de Madrid, que ha encontrado en este otro gran evento eclesial un escaparate inmejorable. Todos los que lo han deseado han podido informarse sobre el encuentro en los cuatro puestos de información que un centenar de voluntarios atendían en lugares estratégicos de la ciudad.

Juan Pablo II estará en Madrid

La Jornada de Madrid, a la que miles de jóvenes presentes en Roma han mirado este fin de semana, estará también profundamente marcada por su nuevo Patrono, desde su mismo arranque: como adelantó a este semanario, hace unas semanas, el cardenal Rouco, la Misa inaugural, el 16 de agosto, será la del nuevo Beato, para poner la Jornada en sus manos. «La JMJ se encomendará al que fue llamado amigo de los jóvenes -explicaba estos días el padre Javier Cremades, Director de Actos Centrales de la JMJ-. Él va por delante, pues no sólo predicó, sino que se esmeró en ser el primero en recorrer ese exigente camino que mostraba a los jóvenes».

La figura y el legado de Juan Pablo II será, asimismo, el eje en torno al que giren diversas actividades del programa cultural. Entre las iniciativas, destaca la exposición La teología del cuerpo en la Capilla Sixtina, que ilustrará con imágenes del famoso templo las enseñanzas del Papa sobre amor y sexualidad. También se representará el musical multimedia portugués Wojtyla, así como obras de teatro escritas por él mismo. Todas estas actvidades, además, se concentrarán en la Plaza de Colón, el lugar desde el que se despidió con su Hasta siempre, tierra de María.

Hay que ponerse las pilas

«Durante la peregrinación a Roma -comenta Covadonga Berjón, voluntaria de la JMJ-, hemos aprovechado para acercarnos más unos a otros, conocernos mejor y crecer juntos en la fe con aquellos con quienes vamos a estar trabajando, tan intensamente, todo agosto. Estar allí ha sido un momento fuerte para recordarnos que no queda nada para la JMJ, hay que ponerse las pilas y moverse el doble que hasta ahora. Tiene que ser una jornada que a la gente no se le olvide, sobre todo a la gente de España». Que la JMJ repita en España significa -opina- que nuestro país «tiene algo especial, es como un foco de espiritualidad, aunque últimamente esté un poco decaído. A partir de ahora, tenemos que sentirnos con mucha fuerza».