Desideologizar la historia para derrotar a ETA - Alfa y Omega

Desideologizar la historia para derrotar a ETA

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Foto: EFE/Javier Etxezarreta

ETA ha sido derrotada, pero públicamente su entorno mantiene un discurso triunfalista. Resulta un fenómeno digno de estudio, único en el mundo, explicable solo en un país que ha hecho de la historia un arma arrojadiza para la disputa ideológica. El problema que impide pasar definitivamente página en este negro episodio del terrorismo no son solo los más de 300 asesinatos de la banda sin resolver, cada uno de los cuales es una herida abierta en los familiares de las víctimas. La legitimación –cuando no predominio cultural– del relato abertzale solo es posible cuando se ha aceptado que es lícito tergiversar el pasado al margen de los hechos históricos. En cualquier país de nuestro entorno se entiende que la historia es un patrimonio común de la nación –con diversidad de acentos y matices– a partir del cual es posible construir un futuro común desde diversos ángulos ideológicos. En España, por el contrario, 40 años después de la llegada de la democracia, se sigue acudiendo de forma torticera a ella en apoyo de todo tipo de intereses políticos. Y esto es grave, porque toda sociedad necesita un consenso mínimo sobre de dónde viene. Por ejemplo, para poder enseñar a sus hijos que los 40 años de terrorismo etarra estuvieron mal.