«Somos los pioneros en abusos contra los no nacidos» - Alfa y Omega

«Somos los pioneros en abusos contra los no nacidos»

La legalización en el Reino Unido de una técnica de clonación que permite crear niños con tres padres genéticos, con la intención de permitir a las madres con enfermedades mitocondriales tener hijos sin transmitirles su enfermedad «es discriminatoria contra los que tienen rasgos genéticos no deseados. Sienta un precedente para más clonación de seres humanos, no en una dictadura siniestra o en un mundo de ciencia ficción, sino aquí en el Reino Unido. Somos los pioneros en abusos contra los no nacidos», aseguran sus críticos

María Martínez López

La Cámara de los Comunes del Reino Unido ha aprobado este martes, 382 votos a favor y 128 en contra una modificación de la Ley de Fertilización Humana y Embriología para permitir una técnica de clonación para crear niños con información genética de tres padres: los que encargan a los niños, y una donante. Aunque la reforma legislativa todavía debe conseguir el apoyo de la Cámara de los Lores en las próximas semanas, este apoyo ya se da por conseguido, con lo cual los primeros niños nacidos por esta técnica, si tiene éxito, podrían empezar a nacer en 2016.

La fecundación in vitro con tres padres se presenta como una solución para que las mujeres que tienen trastornos genéticos mitocondriales puedan tener descendencia sin transmitirles la enfermedad a sus hijos. Las mitocondrias son unos minúsculos elementos de los que depende la producción energética de las células. A pesar de estar fuera del núcleo, tienen una pequeña carga genética. Si este ADN está alterado, la persona puede sufrir graves enfermedades. Sus defensores afirman que crear embriones con ADN mitocondrial de una tercera persona es ético porque de él no dependen rasgos como el aspecto físico, las cualidades intelectuales o el carácter.

Sin embargo, la realidad es que uno de los métodos que la ley contempla implica la fecundación con esperma del padre de óvulos procedentes de la madre y de una donante. A continuación, se destruyen los embriones hijos del padre y de la madre para extraer su núcleo, que se implanta en los embriones hijos del padre y la donante. Estos embriones son los que tienen las mitocondrias sanas y se les ha extraído su propio núcleo. Es decir, en realidad, la técnica es una forma muy temprana de clonación, en la que se destruye un embrión para hacer un clon utilizando otro embrión.

En la otra técnica, son los óvulos los que son destruidos para elaborar un nuevo óvulo, con el núcleo de ADN de la madre y el resto de la célula de una donante. A continuación, este óvulo es fecundado con espermatozoides del padre.

Promesas sin cumplir

Tanto la Iglesia católica como la anglicana se han opuesto con fuerza a la legalización de este nuevo tipo de clonación. No son los únicos. Pocas horas antes de la votación, la Sociedad para la Protección de los Niños No Nacidos (SPUC por sus siglas en inglés) pidió a los parlamentarios que rechazaran esta reforma. Su Secretario General, Paul Tully, recordó que cuando se aprobó en 1990, la Ley de Fertilización Humana y Embriología no permitía la clonación humana y prohibía la manipulación genética germinal -las modificaciones que se transmiten a la descendencia-. Todas las técnicas de manipulación genética que se han aprobado desde entonces con la promesa de lograr mejorar la vida de enfermos graves han fallado.

La técnica aprobada en esta nueva modificación de la ley «implica la destrucción de embriones en un intento de crear otros. Es discriminatoria contra los que tienen rasgos genéticos no deseados. Sienta un precedente para más clonación de seres humanos, no en una dictadura siniestra o en un mundo de ciencia ficción, sino aquí en el Reino Unido. Somos los pioneros en abusos contra los no nacidos, como el aborto legal, la fecundación «in vitro», el cribado genético y corremos el peligro de perder todo sentimiento hacia las víctimas de esta explotación médica».

David King, Director de la organización Human Genetics Alert, ha advertido de que su rechazo busca «proteger a los niños de los graves riesgos para su salud de estas técnicas innecesarias, y proteger a todos del futuro eugenésico, de diseño de bebés, que seguirá de esto».