La conversión del primer apóstol - Alfa y Omega

La conversión del primer apóstol

José Francisco Serrano Oceja

Leyendo esta novela de la cordobesa, madre de familia de cuatro hijos, María Martínez-Segrera, que supone su primera incursión en el género mayor de las letras, recordé un pequeño y precioso opúsculo de don José María Pemán titulado San Pedro, editado en Cádiz en 1933, en la imprenta de M. Álvarez. Recuerda el caballero cristiano, en uno de los primeros párrafos, que cuando Don Quijote se retira a Sierra Morena para consumar una hazaña que le gane «perpetuo nombre y fama en todo lo descubierto de la tierra», se decide a imitar a Amadís de Gaula. Y lo hace —dice el comentarista— porque «sabía bien que a la perfección se llega imitando a los hombres y no tratando de poner en práctica teorías». Hay que recordar, por cierto, que la editorial Encuentro ha publicado recientemente una de las meditaciones más bellas, de honda teología petrina, sobre el primero de los seguidores, Simón, llamado Pedro. Tras los pasos de un hombre que sigue a Dios, del abad Mauro Giuseppe Lepori.

El género de las novelas de tesis parece estar en desuso en este tiempo en el que algunos sentenciaron la crisis de los macrorrelatos. No son frecuentes los grandes relatos de ficción con referencia a historias bíblicas de amplio sentido. Novelas que ofrecen al lector un mensaje, una enseñanza, y que en su formulación se configuran como propuestas pedagógicas. Es cierto que se puede plantear si toda novela no es acaso una novela de tesis. Aunque en los tiempos presentes, más que de tesis parecen de antítesis permanentes de cierta fugacidad, vacío, a lo sumo búsqueda. No ocurre así con el texto que nos ocupa. María Martínez-Sagrera aúna su vocación de filóloga con su pasión por las Sagradas Escrituras. Su Pedro es algo más que una primera experiencia literaria, es un reflejo del mundo vital, de la experiencia de fe de la autora plasmada en un retrato, a veces fiel a lo narrado en los Evangelios, siempre psicológico y no pocas veces intimista, a veces histórico, a veces imaginado, siempre pensado y sentido, de quien es el príncipe de los apóstoles. Con este libro, la autora nos lleva de la mano al interior de los hechos que se describen para que podamos oírlos, verlos, sentirlos, palparlos, para que podamos hacer que la gracia toque nuestra naturaleza humana, demasiado humana.

La cara oculta de Pedro es la cara manifiesta de las dudas, del diálogo entre los discípulos, de la aceptación y del rechazo de las palabras del Maestro. Una de las claves de lectura de esta novela sobre la vida de Pedro, de quien es piedra, roca sobre la que se construye la Iglesia, es la relación entre familia natural y discipulado, entre el vínculo natural, padres, hijos, hermanos, esposa, y la nueva familia que nace de la experiencia del seguimiento de Jesús. La novela, de no pocas páginas, alcanza momentos brillantes en algunos de los capítulos en los que, quizá como fruto del método de oración ignaciano de haberse convertido en un personaje del Evangelio, en una determinada escena, la autora coloca al lector en otra dimensión, la del encuentro con el Crucificado Resucitado.

La cara oculta de Pedro
Autor:

María Martínez-Sagrera

Editorial:

Mensajero