Congo: la confianza, en la cruz - Alfa y Omega

La República Democrática del Congo es el segundo país más grande de África, está rodeada de nueve países, consta de 26 provincias y tiene unos 79 millones de habitantes.

Desde septiembre de 2016 el país vive una situación muy delicada, que se agravó en diciembre por la negativa del presidente Joseph Kabila a dejar el poder, como indica la Constitución. Durante tres meses, la Conferencia Episcopal Nacional del Congo (CENCO) ha mediado en el conflicto con el fin de llegar a una solución pacífica y de organizar unas elecciones creíbles, pospuestas a diciembre de 2017. Dichas negociaciones giran en torno al Acuerdo de San Silvestre (31 de diciembre).

Pero el 28 de marzo la CENCO se retiró como mediadora, puesto que no hay resultados y lo que se estaba viendo es que el proceso se alargaba inútilmente sin llegar a formar un Gobierno de transición ni a nombrar un responsable del Comité Nacional de Seguimiento del Acuerdo (CNSA). Esto provocó, el pasado 5 de abril, la comparecencia de Joseph Kabila en el Congreso.

Dos días después se nombró primer ministro a Bruno Tshibala, que había sido expulsado del principal partido opositor (UDPS) en el mes de febrero y que en diciembre estuvo un mes en prisión. Del 10 al 24 de abril la oposición convocó manifestaciones pacíficas de protesta pero, de momento, no se han podido realizar ya que, el día que empezaban, el Gobierno desplegó un importantísimo dispositivo militar y policial con fuertes y claras amenazas y la prohibición de manifestarse. Aun así, hubo más de 80 arrestos en distintas ciudades del país. Ya se habla de la posibilidad de un Tercer Diálogo bajo los auspicios de la Unión Africana y, en el aire, el temor a que el censo electoral –que ya ha empezado–, no sirva para organizar las elecciones, sino para organizar un referéndum destinado a perpetuar al presidente en el poder.

Por otra parte, el país tiene dos focos de conflicto muy difíciles. La zona del este, por el comercio de minerales y los intereses económicos y estratégicos de los países vecinos (que además son aliados de los EE. UU. en el control de esa zona del continente), y la provincia del Kasai Central, con el conflicto de las milicias de Kamwina Nsapu que, desde que empezó, se ha cobrado miles de muertos y desplazados de guerra, al menos 23 fosas comunes y el asesinato de dos expertos de la ONU el pasado mes de marzo. Y en todo el país hay una crisis tremenda, no solo de falta de comida –y el hambre es desgarradora–, sino de educación, sanidad, carreteras, servicios…

Como dijo el Papa el Viernes Santo, nuestra confianza está en la cruz, con la esperanza de que ella transforme nuestros corazones endurecidos en corazones de carne capaces de soñar, de perdonar y de amar, y transforme esta noche tenebrosa de la cruz en el alba fulgurante de la Resurrección.