Cuando un niño trabaja desde las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche por 3€ a la semana - Alfa y Omega

«¿Cómo te llamas?» «Mashud», me responde. Estaba comprando pan en Bhoirob Bazar, a unos dos kilómetros de nuestra casa cuando, de pronto, Mashud apareció con tres tazas de té que depositó en el mostrador. Le pregunto a qué clase va y no responde. Le pregunto si va a la escuela, y esta vez me dice que no. «¿Hasta qué clase estudiaste?» «Hasta clase cinco» (5º de Primaria). «¿Y por qué ya no vas al colegio?», y nada más hacer la pregunta me sentí como un idiota porque la respuesta era evidente. Esta vez es el tendero quien me responde: «Su padre murió el año pasado, en casa son cinco hermanos, él es el mayor y se tuvo que poner a trabajar para ayudar a la madre a sustentar a la familia». Trabaja en un puestecito al lado de la tienda en la que estoy comprando; su tarea consiste en servir tazas de té, limpiarlas y barrer los alrededores, un trabajo por el que recibe la astronómica suma de 250 takas (tres euros) a la semana. Empieza a las seis de la mañana y termina a las diez de la noche.

Un niño más sin infancia. Un niño más cuya maestra es la calle. Un niño más maltratado. Un niño más explotado porque el salario que le dan es más que miserable. Hay miles de ellos en las calles de las ciudades y los pueblos de Bangladés.

«¿Te gustaría estudiar, Mashud?» «Sí, y ser médico y tener un despacho». Como puedes ver en la foto, su carita es un poema. Un niño que tiene nostalgia de algo que aún no le ha sucedido y que nunca le sucederá. Lo cual no le impide mostrarme su mejor sonrisa cuando le gasto una broma y le doy una propina. Me despido diciéndole que si quiere venir a estudiar a nuestra escuela tendrá las puertas abiertas. No vendrá, por supuesto, porque, aunque le demos una beca, la madre le necesita en casa para sacar a la familia adelante. No vendrá.

En el coche, de vuelta a casa, no me puedo quitar a Mashud de la cabeza. Trabajar para que casos como este no pasen es nuestro trabajo en Bangladés. Cuando ayudamos a esos chicos a que su vida tenga sentido, toda nuestra vida cobra sentido para nosotros. Que Dios nos ayude a todos.