La misión en Líbano de la Brigada Guzmán el Bueno X: Procesiones, confirmaciones, primeras comuniones… - Alfa y Omega

La misión en Líbano de la Brigada Guzmán el Bueno X: Procesiones, confirmaciones, primeras comuniones…

Un miembro de la Brigada Guzmán el Bueno X de Cerro Muriano relata para Alfa y Omega algunas de las vivencias durante su estancia en Líbano, donde ha estado desplegado seis meses

Colaborador
Via Crucis por las calles de la Base Miguel de Cervantes. Foto: Francisco Romero Béjar

Desde que llegamos al Líbano, formando parte de la Operación Libre Hidalgo XXVI, el día 17 de noviembre, nuestro capellán nos ha enviado ininterrumpidamente, por nuestro medio de comunicación interno, todas las mañanas al iniciar el trabajo de cada día, una frase alentadora y un mensaje a través de una corta reflexión dirigida y apta para todos que sobre todo nos han desafiado a ser la mejor versión de nosotros mismos. Independientemente de creencias o prácticas, quiero resaltar que han sido bien recibidas e interesantes para aplicarlas en el día a día. Nos ha motivado, se han comentado y se han tenido en cuenta como recordatorio de que todos tenemos la capacidad de aportar algo propio para que el día sea bueno, agradable y mejore dándonos así, unos a otros, un «empujón vitalizador».

Primera Comunión. Foto: Francisco Romero Béjar

Queda lejos en el pensamiento el día que llegamos, pues la cantidad de actividades que conlleva esta misión para el personal que aquí estamos, hace que pasen las semanas con una intensidad de quehaceres que alargan el tiempo y el espacio recorrido.

Han sido muchos los momentos y los acontecimientos que hemos compartido durante los seis meses de la misión. Pero podemos resaltar «tiempos» que de alguna forma, estemos donde estemos, marcan la diferencia; la celebración de las Patronas, la Inmaculada Concepción y Santa Bárbara, las navidades, la Semana Santa…

Recordando las navidades, hay que señalar que pasarlas en estas circunstancias, es algo único y también especial. No se cuestiona lo que falta, sino que se aprovecha lo que se tiene…, es lo que hay y es necesario ser realistas. Y a falta de nuestros seres queridos, nuestro hogar, amigos, nuestro ambiente…, se genera un espíritu de compañerismo y de confidencialidad que solo es posible por las circunstancias que se atraviesan. Surge de un modo natural la actitud generosa, el deseo de un buen ambiente, de la preocupación por el compañero, del diálogo sincero y reconfortador y sobre todo del espíritu que anima y motiva para seguir adelante con alegría a pesar de la nostalgia… Se siente la necesidad de celebrarlo también espiritualmente, y sin buscarlo, pero sí necesitándolo, te encuentras, después de la cena fraterna de Noche Buena, en la Misa del Gallo, pidiendo por los tuyos de allí, y cantando villancicos con los que tienes aquí…, animándonos y deseándonos prosperidad, paz, concordia y como decía nuestro Páter, muchas Bendiciones. «Buenos días y Feliz Jornada…».

Celebración de la confirmación en el salón de actos ya que la capilla se quedaba pequeña para todos los asistentes. Foto: Francisco Romero Béjar

Un momento menos fácil de superar para muchos de nosotros ha sido la Semana Santa. El 75 por ciento somos cordobeses, de arraigos y tradiciones marcados por experiencias, vivencias y compromisos religiosos y culturales… No participar este año de la hermandad, no estar en la procesión con los familiares y amigos que desde que tenemos uso de razón, año tras año, ha marcado parte de nuestra reflexión existencial… hace que surjan sentimientos encontrados y falta de algo esencial en nuestro caminar y en nuestra forma de celebrar este sagrado tiempo.

Via Crucis por las calles de la Base Miguel de Cervantes. Foto: Francisco Romero Béjar

Aun así, otra vez, el sentimiento y las ganas se juntan, y lejos, en tierras extrañas, resurge la cruz de guía, los ciriales, el incienso, el paso, los costaleros, todos dispuestos a participar tras una Cruz desnuda de tamaño natural, alumbrada con sus cuatro farolillos, música de capela y cirios en nuestras manos… Así comienza al atardecer del Viernes Santo un vía crucis que va recorriendo estación tras estación, los lugares de la Base Miguel de Cervantes que aunque transitados a diario, nunca los habíamos observado como en este momento… En un ambiente nublado que se antoja idóneo para el cortejo, y que según avanzan las estaciones proclamadas, el recuerdo a los nuestros, a los que cayeron, a los que necesitan consuelo y ánimo, a los que se levantan…, nos hacen caminar y participar meditando y llenando aquella ausencia… Una estación en medio de los olivos, que siempre han estado ahí, pero que no habíamos transitado, y una voz que se suelta en saetas nos conmueve y transporta sin movernos…, la mente y el corazón están en el mismo lugar, sin duda viviendo increíblemente, con intensidad inesperada, un mucho, aunque no igual pero muy real, de esa Semana Santa añorada y que creíamos perdida… «Buenos días y feliz jornada…».

Y si creíamos que nada podría superar estas experiencias, la celebración del sacramento de la Confirmación de 41 militares, hombres y mujeres, compañeros nuestros, y la «Primera Comunión» de dos de ellos, nos ha entusiasmado y manifestado que la realidad vivida en estas circunstancias es propulsora de nuevas y renovadas experiencias humanas y espirituales.

Nuestro capellán aquí desplegado, que por ejerció de obispo al recibir la delegación del arzobispo castrense para la ocasión, confirió en la Eucaristía del domingo 30 de abril el sacramento de la Confirmación.

Fue una ceremonia muy participativa, simbólica e vivencial. El coro acompañó con entusiasmo y sus excelentes voces, dando a la celebración el matiz festivo y al mismo tiempo de reflexión que el acontecimiento requería.

Los mismos confirmandos participaron de la reflexión, resaltando valores evangélicos como «armas» a usar frente a la incredulidad y a la superficialidad; destacando sobre todo, que lo que hacemos y cómo lo hacemos marca la diferencia; el testimonio de cómo vivimos y cómo nos manifestamos habla por nosotros y dice quiénes somos. El Evangelio nos muestra el camino, pero somos cada uno de nosotros los que debemos caminar. Jesucristo es la vida, y nos acompaña y muestra cómo vivir para alcanzar la plenitud humana…

Via Crucis por las calles de la Base Miguel de Cervantes. Foto: Francisco Romero Béjar

El capellán cerraba la reflexión de la homilía recogiendo el compromiso de vida «al estilo cristiano» de todos los confirmandos como soldados de Cristo, cuya bandera abrazan manifestándola en las obras y el vivir del día a día; y bajo un lema que se ha popularizado en el transcurso de la preparación para el Sacramento: Vivir creyendo…, tu Fe es tu fuerza.

El tiempo pasa, y ya a estas alturas, vamos preparando el relevo de nuestros compañeros que serán los protagonistas de «Libre Hidalgo XXVII». Nosotros volvemos a casa contentos y con ganas; y dentro de nuestro equipaje, llevamos con nosotros una experiencia de vida marcada por la convivencia estrecha y enriquecedora de unos compañeros que en diversas ocasiones han sido hermanos; esto es algo que nos lo llevamos puesto.
«… Buenos días y feliz jornada».

Los 41 confirmandos y sus padrinos tras la ceremonia. Foto: Francisco Romero Béjar

J. C. de la Rosa