Nuestra aula es el mundo - Alfa y Omega

Nuestra aula es el mundo

Scholas Occurrentes acaba de desembarcar en España. El objetivo es cambiar el mundo y utilizan la tecnología para lograrlo. Los colegios comparten sus proyectos para lograr una cultura del encuentro y un mundo que viva en paz. En España ya son 70 los colegios participantes, públicos y privados

José Calderero de Aldecoa
José María del Corral, don Carlos Osoro y la alcaldesa de Madrid plantan el primer olivo de Scholas en España

«El mundo se cambia con educación, pero, si hacemos más de lo mismo, cosecharemos los mismos fracasos», aseguró el martes don José María del Corral, Director General de Scholas Occurrentes. A nuestro país llega ahora una nueva cosecha con la presentación oficial del proyecto educativo del Papa, que aúna educación, cultura y deporte. El desembarco de Scholas en España se ha materializado en forma de olivo, que hace dos días se plantó en la madrileña plaza de Colón, pero que se hace realidad gracias a Internet.

Scholas utiliza la tecnología para unir a todos los colegios del mundo. «No encerramos a los chicos entre cuatro paredes, sino que transformamos el mundo en un aula», aseguró Del Corral. El objetivo es crear una red global, gracias a la cual se puedan construir puentes digitales por los que compartir proyectos que trabajen para crear una cultura del encuentro, un mundo en paz.

El de España no es el primer olivo. Los futbolistas Messi y Buffon fueron los primeros en plantar uno, en agosto de 2013, durante la presentación mundial del proyecto. Desde aquel día, ya hay 1,5 millones de olivos, físicos y virtuales, desperdigados por el mundo, y 400 mil escuelas que se han sumado.

Aquí, antes del martes, ya había apuntados 70 colegios de todo el país, públicos y privados. A todos los representó el colegio malagueño Padre Jacobo, que acudió hace una semana al Vaticano, en el marco del IV Congreso Scholas, para presentar su iniciativa Hermanamiento entre alumnos.

Ayer, fue el turno del centro educativo de la Fundación Gil Gayarre, que atiende niños con síndrome de Down. Don José María del Corral acudió a sus instalaciones para conocer el centro y plantar el ya famoso olivo de Scholas. En el acto, don José María pudo conocer a Elvira y Alicia, las dos niñas de la Fundación que mantuvieron una videoconferencia con el Papa, en el cierre del congreso de Scholas. La Fundación Gil Gayarre también se va a inscribir en el proyecto del Papa. «Estamos muy ilusionados, porque creemos que podemos ayudar a otros centros a desarrollar proyectos como el que le presentaron Alicia y Elvira al Papa, y nosotros podremos conocer iniciativas de otros centros», asegura Paloma Aroca Piñeiro, directora del centro educativo.

Son cuatro colegios españoles más los que han compartido un proyecto con el resto de miembros de Scholas. El instituto público La Minilla, situado en Las Palmas de Gran Canaria, ha difundido su proyecto Comité de Derechos Humanos Acuania, que «nació hace nueve años» y que está «ayudando en la convivencia del centro», asegura Marioli Eugenio Gil, profesora del instituto e impulsora del proyecto. El comité, «formado por alumnos voluntarios, nos recuerda cómo la escuela es un lugar privilegiado desde el que ayudar a cambiar las cosas y conseguir que todos vivamos en paz», concluye. Monseñor Osoro también puso el acento en los jóvenes. «Son los niños los que pueden permitir esa cultura del encuentro que busca el Papa», aseguró el arzobispo de Madrid tras la plantación del olivo.

Francisco reivindica el trabajo del maestro de escuela: «El pacto educativo está roto»

Las familias, la sociedad y las instituciones han desertado de su responsabilidad educativa, delegando en profesores «mal pagados» y peor valorados, denunció el Papa la pasada semana, en la clausura del IV Congreso Internacional de Scholas Occurrentes. Francisco reivindicó el trabajo de los docentes, «porque se han encontrado con esta patata caliente en la mano y se han animado a seguir adelante».

El Papa abogó por un cambio social que debe comenzar por la educación; por recomponer un pacto educativo, que hoy «está roto y muy roto, y no se puede pegar». «Scholas –explicó– quiere reintegrar el esfuerzo de todos por la educación» y «armonizar la educación», que no sólo es transmitir «información». Eso «no basta». Es preciso «redescubrir el juego como camino educativo», y, sobre todo, «armonizar el lenguaje de la cabeza con el lenguaje del corazón y el lenguaje de las manos». Sólo así saldremos «de esta crisis de civilización que nos toca vivir».

Francisco confesó que, en un primer momento, pensó que la ruptura del pacto educativo era un problema exclusivo de algunos países de América Latina, pero después vio que el desafío es mundial. Y así, lo que empezó como una respuesta del entonces arzobispo de Buenos Aires a la crisis económica y social que atravesaba Argentina, se ha convertido en un proyecto que agrupa a unas 400 mil escuelas de todo el mundo, católicas, judías o musulmanas, públicas o privadas.

Eso no significa que existan soluciones uniformes a la crisis educativa. «Cada uno de los pueblos que integran Scholas tiene que buscar [las soluciones] en su tradición», aclaró el Papa Francisco. «La cultura italiana no puede renegar de Dante como fundacional; la cultura Argentina no puede renegar del Martín Fierro». Y añadió: «Volver a las cosas culturales que nos dieron sentido, que nos dieron la primera unidad de la cultura nacional de los pueblos; recuperar lo que es más nuestro, para compartirlo con los demás y armonizar lo más grande: eso es educar para la cultura».

El momento más emotivo del encuentro fue la videoconferencia, el jueves, del Papa con niños con discapacidad física o mental de todo el mundo (entre ellos, tres españoles). «Adelante, lo que hacéis nos ayuda a todos nosotros a compartir que la vida es un lindo tesoro», les dijo.