Toledo se viste de fiesta para Jesús - Alfa y Omega

Toledo se viste de fiesta para Jesús

Elena es una de los 200 niños que este jueves acompañarán a Jesús Eucaristía por las calles de Toledo, en la fiesta de Corpus Christi. Así, le da gracias por haberse entregado a ella en su Primera Comunión

María Martínez López
Así de bonitas están las calles de Toledo durante la procesión de Corpus Christi. Foto: María Pazos Carretero

Elena ya ha hecho «la quinta comunión». Esta niña de Toledo, de 8 años, cuenta todas las veces que ha recibido a Jesús desde el 20 de mayo, cuando comulgó por primera vez. Fue en la parroquia de San José Obrero, y «yo leí las peticiones de perdón. No estuve muy nerviosa, lo había estado más el día de la Primera Confesión. Después de comulgar, nos dijeron que podíamos dar gracias a Jesús por lo que quisiéramos, y yo se las di por mi familia. También nos dijeron que le pidiéramos algo. Lo que más me gusta de comulgar es que puedo tener a Jesús dentro».

Este jueves Elena va a volver a ponerse el vestido que llevó ese día y va a salir a acompañar a Jesús por las calles, con otros 200 niños. Toledo, Sevilla y Granada celebran este jueves la fiesta de Corpus Christi (el Cuerpo de Cristo), que conmemora que Jesús se queda con nosotros en la Eucaristía, bajo la forma de pan y vino. En el resto de España y en casi todo el mundo, la fiesta se celebra el domingo.

La procesión de Corpus es tan importante porque en ella sale el mismo «Jesús en la custodia –explica Elena–. Le acompañan muchas personas mayores: la gente de las cofradías, la Guardia Civil, los militares…». Quillo, uno de los sacerdotes que organiza la procesión, nos explica que con Él van también los niños de Primera Comunión «para agradecerle el regalo que les ha hecho con su presencia. Este agradecimiento les cuesta algún sacrificio, porque la procesión son casi cinco kilómetros, con muchas paradas, y acaban muy cansados».

Para los niños de Toledo, la fiesta empieza el miércoles, con la ofrenda floral. «En la fachada principal de la catedral –nos cuenta Quillo– se monta la escultura de un cáliz grande, y 500 niños de entre 4º y 6º de Primaria, de colegios públicos y católicos, van subiendo en grupos con su maestra y se les deja un minuto para leer una poesía, cantar una canción o hacer una petición. Cada niño lleva algunas flores, y se va llenando con ellas una estructura metálica», donde se quedan hasta el día siguiente.

Una custodia enorme

La fiesta de Corpus nació en 1246 en Lieja (Bélgica), y se extendió a toda la Iglesia en 1264. Toledo es una de las ciudades donde más se celebra. Al principio, se hacía por dentro de la catedral, hasta que en el siglo XV se decidió hacerla en la calle. «Antes se hacían además pequeños autos sacramentales, como obras de teatro que servían de catequesis a la gente, porque no sabía leer». A principios del siglo XVI, la diócesis le encargó una custodia enorme de plata y oro a Enrique de Arfe, un orfebre; es decir, un artista que trabajaba con estos materiales. Esta custodia, que todavía se usa hoy en día, tiene tres metros, y está hecha «con el primer oro traído de América» después de su descubrimiento en 1492.

Por las calles donde es la procesión –continúa Quillo– se ponen plantas aromáticas, adornos, y «toldos, que no son para dar sombra como piensa la gente, sino para marcar que por allí va a pasar Dios. En la plaza de Zocodover [la más importante de la ciudad] se hace una parada, el arzobispo da una pequeña explicación de cinco minutos» y bendice a todos con el Santísimo.