¿Santificarás las fiestas? - Alfa y Omega

¿Santificarás las fiestas?

La liberalización de horarios comerciales, la apertura en domingos, noches, 24 horas, por Navidad, las rebajas y descuentos…: el acoso consumista, cada vez más violento, hace necesario recuperar el sentido de la fiesta y del descanso, y así vivir mejor la familia y la fe. Santificar el domingo y las fiestas, para los creyentes, es algo más que sólo ir a Misa

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Imagen de un centro comercial, el pasado 12 de octubre, fiesta del Pilar

«El domingo, nosotros no vamos a Ikea, ni a Carrefour, ni al Corte Inglés, ni a Opencor, ni a los centros comerciales… Ni siquiera compramos el pan: preferimos sacarlo del congelador»: así las cosas, a la familia Ochoa nunca la contratarían para ninguno de los anuncios de Navidad que salen estos días en televisión. «No somos amish, ni judíos ortodoxos, ni ermitaños, ni estilitas -explica con humor Gonzalo, el padre-, sino que pensamos que el domingo y las demás fiestas son para estar en familia y con el Señor. Lo que hacemos es plantearnos el día de una manera distinta: paseamos, vamos a Misa, cocinamos o vamos a comer a casa de nuestros padres, rezamos el Rosario, hablamos y estamos en familia, y descansamos después de todo el ajetreo de la semana… Y también evitamos hacer trabajar a otras personas que, a lo mejor, ese día no pueden estar con sus hijos porque les hacen trabajar».

Cuando los coches embotan las entradas de los nuevos templos comerciales, y cuando se desata la fiebre de las compras navideñas, las rebajas y los descuentos, esta familia madrileña ha decidido pisar el freno. Porque lo que se vende como avance social y creación de empleo, en realidad repercute en un empeoramiento de las condiciones familiares de muchos trabajadores. Vicente, de Zaragoza, explica que, «a mí, personalmente, todo esto me parece un desatino, pues bastantes días tiene la semana para trabajar, vender y comprar, sin necesidad de añadir el domingo como un día laborable más. El séptimo día debe ser un día dedicado al cambio de actividades, es decir, a practicar el culto religioso con dedicación, estar más en familia, pasear, pensar, hacer deporte, viajar, relajarse, leer sin prisa…». Y sí, es cierto que las ventas generan ingresos y empleo, «pero hasta un límite -subraya Vicente-. El ser humano no puede deshumanizarse inyectándose en vena puro consumo».

No sólo a Misa por cumplir

Pero, entonces, ¿no hay que comprar en domingo? «Si te das cuenta, al final, sólo una cosa es necesaria. Y Jesucristo nos hizo elegir: O Dios, o el dinero», afirma Gonzalo. De ahí la necesidad de recuperar el tercer mandamiento: Santificarás las fiestas, «que no es sólo levantarse por la mañana el domingo y calcular a qué Misa vas a poder ir -continúa-, en medio de todas las otras cosas que tienes que hacer, como a veces nos pasa. Santificarás las fiestas, como todos los demás mandamientos, es una ayuda de Dios para que seamos felices, para que estemos con Él y con aquellos que nos ha dado como familia. No supone sólo asistir a media hora de misa, y ya está».

Todo ello no afecta sólo a las compras, sino que también tiene consecuencias en la vida laboral. Gonzalo cuenta cómo, en una ocasión en que se dedicaba a repartir pizzas a domicilio, dijo en la empresa que el sábado siguiente no podía trabajar porque se iba a la Vigilia Pascual: «Fue una pasada, los compañeros empezaron a preguntarme por las razones de mi fe, e incluso una compañera me pidió que le explicara todo desde el principio, o sea, desde el Génesis. Al final, fue una buena oportunidad para hablar de Dios a los demás».

Recobrar la mañana de Pascua

William T. Cavanauhg es el autor de un libro revelador, Ser consumidos (ed. Nuevo Inicio), en el que utiliza el término creación organizada de la insatisfacción para definir el torbellino consumista que nos arrastra sin darnos cuenta, y pone varios ejemplos: ¿cómo podemos estar satisfechos con una maquinilla de afeitar de sólo dos hojas, cuando ya las hacen con cinco? ¿Cómo estar satisfechos con un I-pod que descarga doscientas canciones, cuando otra persona tiene uno que descarga mil? «El espíritu consumista es un espíritu desasosegado, una insatisfacción continua con las cosas materiales concretas», concluye.

En el prólogo del libro, monseñor Javier Martínez explica que, en esta sociedad culturalmente cristiana, «hemos aceptado la concepción de que la religión es el ámbito de las actividades específicamente religiosas; mientras que el resto de actividades se rige por otras leyes. Nuestro cristianismo se ha disuelto como un azucarillo en la cultura dominante. Al aceptar esto, nos hemos hecho culturalmente insignificantes e inocuos, porque hemos convertido la fuerza de vida que brotaba de la mañana de Pascua en agua pantanosa».

Ya es hora de recuperar, en cada Pascua semanal, el agua de vida que sale de Cristo y alimenta nuestra existencia y la de nuestra familia.

Así lo explica el YouCat
  • «El domingo, un católico se abstiene de todas las tareas que le impiden la adoración de Dios y que perturban el carácter de fiesta, la alegría, la paz y el descanso».
  • «Es un objetivo central de todo cristiano consciente el santificar el domingo y las demás fiestas de la Iglesia».
  • «Es importante que el Estado proteja el domingo, porque es un servicio para el bienestar de la sociedad, y un signo de la resistencia a que el hombre sea totalmente acaparado por el mundo del trabajo».
  • «Los cristianos no exigen a otros que realicen el trabajo que ellos no quieren hacer el domingo. Todos deben tomar parte en el respiro de la Creación».