La concertada andaluza, en la cuerda floja - Alfa y Omega

La concertada andaluza, en la cuerda floja

José Antonio Méndez

A un mes para las elecciones en Andalucía, los más de 400 centros concertados de la Comunidad Autónoma y las miles de familias que los han elegido siguen sin tener garantizada su libertad de enseñanza. El Ejecutivo socialista sigue sin dar pleno cumplimiento a este derecho de los padres, que ya puso en serio peligro en 2013, cuando el entonces Presidente Griñán firmó una Orden que proponía, en síntesis, la paulatina retirada de los conciertos educativos en los lugares donde hubiese centros públicos con plazas libres.

La reacción de las familias y de los centros no se hizo esperar, y con el apoyo de Escuelas Católicas y de Concapa, constituyeron la Plataforma Estamos Des-Concertados, que recabó casi 19.000 firmas de apoyo. Además, Escuelas Católicas-Andalucía amenazó con presentar una demanda, centro por centro, contra la Junta. Como resultado, la Junta modificó parcialmente la Orden y «se paralizaron muchas retiradas de conciertos, aunque este año se han retirado una decena porque la Junta argumenta que faltan alumnos», explica el Presidente de Concapa-Andalucía, Francisco Beltrami. «La baja natalidad ha reducido el número de alumnos en la pública y en la concertada; y como la Junta da prioridad a que se llenen los públicos, si no hay suficientes niños en un concertado, a los que hay, los obligan a repartirse entre los centros estatales más próximos». Esto tiene trampa: «En Andalucía no hay verdadera libertad, porque los niños sólo pueden elegir entre los centros más cercanos a su casa. Un concertado en un barrio de baja natalidad con tres centros públicos no podrá tener alumnos aunque haya familias que vivan un poco más lejos y quieran matricularlos allí. Si la Junta diese total libertad de elección, todos los concertados estarían llenos antes que los públicos, y no habría que cerrar ninguno. Por eso, tenemos miedo de que, con la excusa de la natalidad, empiecen de nuevo a cargarse los conciertos que, en realidad, es la forma de cargarse la enseñanza católica».