Lanzan un cóctel molotov contra la sede de la Conferencia Episcopal Mexicana - Alfa y Omega

Lanzan un cóctel molotov contra la sede de la Conferencia Episcopal Mexicana

Ocho de las 50 ciudades más peligrosas del mundo están en México

Redacción
Foto: EFE/Mario Guzmán

El atentado del martes contra la sede de la Conferencia Episcopal Mexicana, que afortunadamente no causó víctimas, es para los obispos una nueva llamada de atención sobre la situación de violencia que vive el país.

El ataque se produjo minutos antes de las dos de la madrugada del martes, cuando alguien lanzó un cóctel molotov contra la puerta del edificio. Monseñor Alfonso Miranda, secretario general y portavoz de la CEM, ha agradecido en un comunicado la cercanía de muchos católicos y «personas de buena voluntad que se han acercado a nosotros con genuina preocupación», así como el apoyo y colaboración de las fuerzas de seguridad.

Los obispos han pedido «serenidad, prudencia y respeto de la vida humana y sus instituciones». Pero, al mismo tiempo, son conscientes de que el ataque es una nueva voz de alarma sobre la situación del país. El hecho de que se ataque la sede del episcopado, para monseñor Ramón Castro, obispo de Cuernavaca, «refleja la situación de México». Así lo ha manifestado el obispo a través de la red social Twitter, junto con un vídeo en el que se ve el momento de la explosión.

18 sacerdotes asesinados

Según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, una entidad social de México, este país cuenta con ocho ciudades entre las 50 más peligrosas del mundo, solo por detrás de Brasil (19) y por encima de Venezuela (siete) y Colombia (cuatro). De hecho, Acapulco es, con 113 homicidios por 100.000 habitantes en 2016, la segunda ciudad del ránking, solo por detrás de Caracas (donde la tasa es de 130). El primer semestre de este año ha visto 12.155 homicidios, el número más alto desde 1997.

La Iglesia no es inmune a este clima de violencia. 18 sacerdotes han sido asesinados –el último el 5 de julio–, y otros dos desde que llegó al poder Enrique Peña Nieto, en 2012. En junio, el semanario de la archidiócesis de Ciudad de México desveló que el obispo de Chilpancingo-Chilapa, monseñor Salvador Rangel Mendoza, había tenido encuentros con «miembros de la delincuencia para acordar lo que las autoridades ya no garantizan: seguridad».

En su comunicado, los obispos subrayan que el ataque «nos invita a reflexionar enfáticamente sobre la necesidad de reconstruir el tejido social, para propiciar un ambiente de seguridad para todos los ciudadanos. Reiteramos la invitación a una conversión social para mirarnos como hermanos, y que cada ciudadano sea constructor de la paz en nuestro país y poder tener la garantía de una vida digna».