La Iglesia estudia desvincularse de los hospitales belgas que apoyan la eutanasia - Alfa y Omega

La Iglesia estudia desvincularse de los hospitales belgas que apoyan la eutanasia

Hay «pacientes que preguntan si siguen estando seguros con los religiosos. ¡Esta pregunta no debería dejarnos dormir por las noches!», ha afirmado el superior general de los hermanos de la Caridad. Sus hospitales psiquiátricos en Bélgica quieren practicar la eutanasia

María Martínez López
El Papa Francisco saluda al hermano Rene Stockman, superior general de los hermanos de la Caridad, al finalizar un encuentro de Superiores Generales de las órdenes religiosas, en el Vaticano, en 2016. Foto: CNS/L’Osservatore Romano

Los hermanos de la Caridad y el Vaticano decidirán esta semana cómo actuar frente a los hospitales belgas vinculados a la congregación que insisten en practicar la eutanasia a pacientes psiquiátricos con un «sufrimiento insoportable».

Una de las posibilidades es que se rompan los vínculos entre la orden y la organización Hermanos de la Caridad, que engloba sus 15 hospitales psiquiátricos. Estos centros pertenecen nominalmente a los religiosos, pero los gestiona una estructura paralela, en cuya junta directiva hay once laicos y solo tres religiosos.

La decisión que se tome esta semana se hará «de acuerdo con la visión del Vaticano», ha declarado el superior general de los hermanos, René Stockman. La Iglesia no puede «hacer concesiones» sobre el «respeto absoluto a la vida. Creo que la Iglesia continuará siendo una voz clara frente a la mentalidad que está creciendo en muchos países sobre la eutanasia y una autonomía absoluta» de la persona.

«Los pasos legales necesarios»

Stockman, él mismo belga, ha intentado por varias vías rectificar el rumbo de los centros que llevan el nombre de su congregación desde que se inició la polémica en mayo. Ese mes, los hospitales anunciaron que permitirían la eutanasia a pacientes psiquiátricos siempre que se contara con el visto bueno de tres médicos.

Además de los pasos que dio como superior general, el religioso pidió y obtuvo un pronunciamiento de los obispos del país reafirmando el magisterio de la Iglesia. Solo más adelante, en agosto, se implicó directamente el Vaticano, que dio a Stockman la autoridad para tomar «los pasos legales necesarios» para resolver la situación.

El superior exigió entonces a los tres religiosos miembros de la junta directiva que le escribieran una carta declarando que «apoyan totalmente la visión del magisterio de la Iglesia católica, que siempre ha afirmado que la vida humana debe ser respetada y protegida de forma absoluta desde el momento de la concepción hasta su fin natural».

El tuit del ex primer ministro

Sin embargo, durante las semanas siguientes continuó la rebeldía del grupo médico. Una de las muestras más claras vino de la mano de uno de los miembros de la junta directiva, el ex primer ministro belga y expresidente del Consejo Europeo Herman van Rompuy. El político democristiano afirmó en un tuit que «la época de Roma locuta, causa finita pasó hace mucho».

El 12 de septiembre, el grupo médico ratificó en un comunicado su postura a favor de la eutanasia. En el texto, afirma que su decisión parte «del marco de pensamiento cristiano tal como lo aplicamos dentro de la organización»; es decir, «tomando en consideración los cambios y las evoluciones dentro de la sociedad».

La muerte no está en manos del hombre

Stockman respondió con un texto tajante. Hay «pacientes que, a través de las enfermeras, preguntan si seguirán estando seguros con los hermanos de la Caridad cuando los agentes sanitarios decidan que han agotado todos los tratamientos. ¡Esta pregunta no debería dejarnos dormir por las noches!», afirmaba al final.

También refutaba punto por punto y de forma tajante las alegaciones de los miembros de la junta directiva de la organización. «No depende del hombre –escribía– decidir unilateralmente cuándo concluye el cuidado» que Dios le ha encomendado sobre su propia vida. Cuando se empieza a hablar de eutanasia –advertía– los criterios son arbitrarios y cada vez más flexibles.

Stockman lamentaba además que, para los miembros de la junta, parece que «ya no hay un mal intrínseco, sino que todo depende de la intención y la situación». «Me pregunto cuál es el motivo de la organización Hermanos de la Caridad para legitimar la eutanasia como acto en el que se mata a otro ser humano, si dicen claramente que no es por la absolutización de la autodeterminación ni por seguir la corriente actual».