Compañeros de camino - Alfa y Omega

Compañeros de camino

La complejidad de la vida moderna y las tan frecuentes heridas afectivas hacen que muchos fieles estén demandando hoy el acompañamiento de un director espiritual. También los sacerdotes muestran una mayor disponibilidad para esta práctica, muy arraigada en toda la vida de la Iglesia. ¿Aún le quedan dudas?

María Martínez López
Casi todos los que empiezan a profundizar en la vida cristiana buscan director espiritual

¿La dirección espiritual ayuda a tomar decisiones?

No sólo eso. Es un acompañamiento en el camino de la vida, que ayuda a discernir la acción del Espíritu Santo, el Director –con mayúscula– (de ahí viene el apelativo espiritual), cuya Luz ha de ser la guía de director y dirigido.

Toca todas las facetas de la vida cristiana: la oración, la vocación, el apostolado, las tentaciones… El director espiritual «debe ser experto en humanidad; se debe establecer una relación de corazón a corazón», en la que «se ilumina el entendimiento, se fortalece la voluntad y se ordenan los afectos», explica el padre José María Alsina, Director del Aula de Teología desde el Corazón de Cristo, de Toledo. Es buena siempre, pero hay situaciones en que tiene más importancia: la juventud, los estados de vida consagrada, los primeros años de matrimonio…

¿La Iglesia pide tener director?

No es obligatorio, pero sí muy recomendable, y ha formado parte de la vida y el magisterio de la Iglesia de forma continuada. Se puede ver una relación parecida a la dirección espiritual entre san Pablo y Timoteo y Tito, aunque fueron los monjes del desierto los que la instituyeron. Muchos santos y fundadores la han vivido y recomendado, y sometían a su discernimiento incluso revelaciones divinas privadas. Hay parejas de directores y dirigidos elevadas a los altares: san Ignacio de Loyola y san Francisco Javier, san Juan de la Cruz y santa Teresa de Jesús, san Claudio de la Colombière y santa Margarita María de Alacoque…

¿Hace falta director hoy en día?

Tras la crisis postconciliar, «ahora se está demandando mucho por parte de los fieles, y hay mayor disponibilidad de los sacerdotes. Se está desarrollando mucho en ambientes eclesiales como los movimientos y las pastorales especializadas; e incluso en las parroquias hay muchos sacerdotes que están empezando a dirigir –explica el padre Alsina–. Casi todos los que empiezan a profundizar en la vida cristiana» buscan director. «La realidad hoy es muy compleja, y surgen problemas y decisiones delicadas en el matrimonio, el trabajo o la vida pública», y heridas afectivas ante las que la gente busca luz. Tanto la Exhortación Evangelii gaudium como la Relatio del Sínodo de la Familia subrayan la importancia del acompañamiento.

¿No coarta la libertad e impide madurar espiritualmente?

Al contrario. Tener director «ayuda al dirigido a crecer en libertad y madurez, porque uno no toma las decisiones movido por su propio juicio, que puede estar condicionado, sino iluminado por la palabra de la Iglesia», explica el padre Alsina. Hay que tener en cuenta que el director se puede equivocar. Si después de buscar ambos la voluntad de Dios no están de acuerdo en algo, debe respetar la decisión del dirigido.

Quisiera un director. ¿Qué hago?

«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis». Algunas recomendaciones son acudir a lugares (parroquias y movimientos) con vitalidad espiritual, confesarse con algunos de sus sacerdotes e irles pidiendo consejo de forma progresiva, hasta que, si se ve que da fruto, se consolide la relación.

Curso para directores

Las Aulas de Teología desde el Corazón de Cristo, de Toledo y Getafe, han organizado un curso conjunto para directores espirituales. Esta semana, han sido las dos primeras sesiones, en Toledo, y concluirá los días 20 y 21 de abril. Participan unas 50 personas, entre seminaristas, sacerdotes, religiosas y consagrados. El padre Alsina, Director del Aula de Toledo, explica que lo pusieron en marcha porque, ante la creciente demanda, «muchos sacerdotes aún no se han atrevido» a entrar en un ámbito tan delicado. El primer consejo, explica, es «animar a que los directores reciban una buena dirección espiritual ellos. Es importante que sean maduros afectivamente, y que estén preparados para entrar en la complejidad de la vida de las personas y llevar sus problemas». En las Aulas, «no pretendemos simplemente hablar del Corazón de Jesús; su finalidad es la formación en teología» desde esa perspectiva. Y dedican una atención especial a los aspectos pastorales y espirituales. Ahí se integra este curso, así como otros para directores de Ejercicios espirituales, o sobre la psicología a la luz de la teología cristiana, que han organizado en años anteriores.

La dirección espiritual no es…
  • …buscar un consejo puntual ni ir de sacerdote en sacerdote.
  • …que te digan que lo haces todo bien.
  • …ir al psicólogo. Pero el director debe tener conocimientos básicos de psicología y remitir a uno si hace falta ayuda especializada.
  • …obedecer ciegamente al director.
  • …lo mismo que la Confesión. Eso sí, en el confesionario a veces se plantean cuestiones de dirección, y una reunión de dirección puede empezar o acabar con Confesión.