Una sociedad donde la pornografía prolifera «no puede proteger a los niños» - Alfa y Omega

Una sociedad donde la pornografía prolifera «no puede proteger a los niños»

No basta con usar mejores filtros digitales para frenar la epidemia de violencia sexual contra los niños en Internet. También hay que combatir la percepción de que en la red no hay límites

María Martínez López
Foto: Radio Vaticano

Acabar con la explotación sexual de niños en Internet exige abordar al mismo tiempo la generalización de la pornografía de adultos en general. Esta ha sido una de las claves que el Papa Francisco ha dado al reunirse con los 300 expertos internacionales que han participado esta semana en el I Congreso Mundial sobre la Dignidad del Niño en el Mundo Digital.

«Estaríamos engañándonos gravemente si pensáramos que una sociedad donde un consumo anormal de sexo a través de Internet prolifera entre los adultos», y donde se dan cada vez en formas más extremas, «sería al mismo tiempo capaz de proteger a los menores de forma eficaz», ha afirmado el Papa en su primer discurso retransmitido a tiempo real a través de Facebook Live.

Otro error –ha continuado– sería poner toda la confianza en la tecnología, creando solo mejores filtros y algoritmos más refinados para detectar y bloquear estos contenidos. Además, hay que combatir la percepción de que la red es un ámbito donde la libertad no tiene límites y así debe seguir siendo. «Esto no tiene nada que ver con el ejercicio de la libertad. Tiene que ver con crímenes que hace falta combatir con inteligencia y determinación».

Sin miedo ni impotencia

Francisco ha advertido contra dos tentaciones: «Dejarnos superar por el miedo, que siempre es mal consejero, y dejarnos paralizar por el sentido de impotencia que nos abruma ante la dificultad de la tarea. Más bien, estamos llamados a unir fuerzas, dándonos cuenta de que nos necesitamos para buscar y encontrar los medios y enfoques adecuados que se necesitan para una respuesta efectiva».

La Iglesia se siente especialmente implicada en esta tarea debido a sus propios fracasos a la hora de proteger a los menores frente a los abusos sexuales, «por los que tenemos que aceptar nuestra responsabilidad ante Dios, las víctimas y la opinión pública». De ahí nace no solo el compromiso para combatir los abusos entre sus filas, sino en toda la sociedad.

Declaración de Roma

Durante el encuentro, el Papa recibió también, de manos de Muireann, una joven irlandesa de 16 años, un documento conclusivo bautizado ya como Declaración de Roma. El texto, que lleva como título Una sociedad puede juzgarse por cómo trata a los niños, advierte de que «la tecnología, que ha cambiado nuestras vidas de muchas formas positivas, también se está utilizando cada vez más en la explotación de niños».

Hoy en día –explica–, los menores «tienen literalmente en las palmas de sus manos contenidos cada vez más extremos y deshumanizantes». No solo circulan cada vez más imágenes de abuso sexual a niños y jóvenes, sino que además «la pornografía en línea está teniendo un impacto sobre las mentes moldeables de los más jóvenes».

Por otro lado, las redes sociales y la proliferación de las comunicaciones que estas suponen hacen que en algunos casos su uso derive en «ciberacoso, acoso y sextorsión».

Por todo ello, la Declaración recoge una serie de 13 recomendaciones: campañas globales de sensibilización por parte de las autoridades mundiales, movilización de los miembros de todas las grandes religiones, legislaciones más eficaces, desarrollo de nuevas tecnologías que impidan la proliferación de las imágenes degradantes de menores, programas de atención a las víctimas, mayor cooperación de las fuerzas del orden, formación del personal sanitario para detectar abusos, entre otras.

Texto completo de la Declaración de Roma

La vida de cada niño es única, significativa y preciosa y cada niño tiene derecho a la dignidad ya la seguridad. Sin embargo, hoy en día, la sociedad global está fracasando a la hora de proteger a sus niños. Millones de niños son maltratados y explotados de manera trágica e indescriptible, y en una escala sin precedentes en todo el mundo.

El avance exponencial de la tecnología y su integración en nuestra vida cotidiana no sólo está cambiando lo que hacemos y cómo lo hacemos, sino quiénes somos. Gran parte de la repercusión de estos cambios ha sido muy positivo. Sin embargo, nos enfrentamos al lado oscuro de este nuevo mundo, un mundo que permite una serie de males sociales que dañan a los miembros más vulnerables de la sociedad.

Aunque, sin duda, Internet crea numerosos beneficios y oportunidades en términos de inclusión social y logros educativo, hoy en día, el contenido que es cada vez más extremo y deshumanizante está literalmente al alcance de los niños. La proliferación de medios sociales lleva aparejado también que actos insidiosos, como el bullying cibernético, el acoso y la extorsión sexual, se estén convirtiendo en algo común. Concretamente, la escala y el alcance del abuso y la explotación sexual infantil en línea es impresionante. Un número enorme de imágenes de abuso sexual de niños y jóvenes están disponibles en línea y continúan creciendo sin cesar.

El impacto perjudicial de la pornografía en las mentes maleables de los niños pequeños es otro de los importante daños “en línea”. Abrazamos la visión de un Internet accesible para todas las personas. Sin embargo, creemos que de esta visión deba formar parte el reconocimiento del valor inquebrantable de la protección de todos los niños.

Los desafíos son enormes, pero nuestra respuesta no debe ser triste y consternada. Debemos trabajar juntos para buscar soluciones positivas y capacitadoras para todos. Debemos asegurar que todos los niños tengan acceso seguro a Internet para mejorar su educación, comunicaciones y conexiones.

Las empresas de tecnología y los gobiernos han mostrado su liderazgo en esta lucha y deben seguir innovándose para proteger mejor a los niños. También debemos sensibilizar a las familias, a los vecinos, a las comunidades de todo el mundo y a los propios niños sobre la realidad del impacto de Internet en los niños.

Ya contamos con potentes plataformas globales e importantes líderes mundiales que han logrado avances significativos en el cumplimiento de estos objetivos. El Centro para la Protección de la Infancia de la Pontificia Universidad Gregoriana lleva a cabo tareas de salvaguardia internacional en 30 países de cuatro continentes. La Alianza Global WePROTECT, lanzada por el Reino Unido, en asociación con la Unión Europea y los Estados Unidos agrupa a 70 naciones, 23 empresas tecnológicas y muchas organizaciones internacionales en esta lucha. Las Naciones Unidas encabezan un esfuerzo global para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas 16.2 de erradicar la violencia contra los niños para 2030, particularmente a través de la Asociación Mundial para Acabar con la Violencia contra los Niños.

Se trata de un problema que no puede ser resuelto por una sola nación, una sola empresa o una sola fe que actúe de forma aislada; es un problema mundial que requiere soluciones mundiales. Requiere que creemos consciencia, y que movilicemos para la acción a cada gobierno, a cada fe, a cada empresa y a cada institución.

Esta Declaración de Roma lanza un llamamiento a la acción:

1.– A los líderes mundiales para que emprendan una campaña mundial de concienciación para educar e informar a la población del mundo acerca de la gravedad y extensión del abuso y la explotación de los niños del mundo y para instarlos a exigir la acción de los líderes nacionales.

2.– A los líderes de las grandes religiones del mundo para que informen y movilicen a los miembros de cada fe para unirse a un movimiento global para proteger a los niños del mundo.

3.– A los parlamentos del mundo para que mejoren sus leyes para proteger mejor a los niños y responsabilicen a los que abusan y explotan a los niños.

4.– A los líderes de las empresas tecnológicas para que se comprometan a desarrollar e implementar nuevas herramientas y tecnologías para combatir la proliferación de imágenes de abuso sexual en Internet e interceptar la redistribución de las imágenes de los niños víctimas identificados.

5.– A los ministerios de salud pública del mundo y a los líderes de las organizaciones no gubernamentales para ampliar el rescate de los niños víctimas y mejorar los programas de tratamiento para las víctimas de abuso y explotación sexual.

6.– A los organismos gubernamentales, la sociedad civil y las fuerzas del orden público para que trabajen para mejorar el reconocimiento y la identificación de los niños víctimas y para garantizar ayuda a la enorme cantidad de víctimas ocultas de abuso y explotación sexual infantil.

7.– A las organizaciones que aplican las leyes en el mundo para que amplíen la cooperación regional y mundial a fin de mejorar el intercambio de información en las investigaciones y aumentar su colaboración para hacer frente a estos crímenes contra los niños que cruzan las fronteras nacionales.

8.– A las instituciones médicas del mundo para que potencien la preparación de los profesionales médicos para reconocer los indicadores de abuso y explotación sexual, y mejoren la denuncia y el tratamiento de dicho abuso y explotación sexual.

9.– A los gobiernos e instituciones privadas para que incrementen los recursos a disposición de los profesionales de la psiquiatría y de otros profesionales del sector para ampliar los servicios de tratamiento y rehabilitación de los niños que han víctimas de abusos o explotación.

10.– A las principales autoridades en salud pública para que amplíen la investigación sobre las repercusiones en la salud de los niños y adolescentes expuestos a la extrema pornografía gráfica o a través de Internet.

11.– A los líderes de los gobiernos, de los organismos legislativos, de la industria privada y de las instituciones religiosas del mundo para que aboguen por la implementación de técnicas que impidan el acceso de niños y jóvenes a contenidos de Internet adecuados sólo para adultos.

12.– A los gobiernos, la industria privada y las instituciones religiosas para que lleven a cabo una campaña de concientización global dirigida a los niños y jóvenes para educarlos y proporcionarles las herramientas necesarias para usar Internet de manera segura y responsable y evitar el daño que se hace a muchos de sus compañeros.

13.– A los gobiernos, a la industria privada y las instituciones religiosas para que emprendan una iniciativa mundial de sensibilización de modo que los ciudadanos en todos los países estén más alertas y sean conscientes del abuso y la explotación sexual de los niños y para que los impulsen a denunciar tal abuso o explotación a las autoridades competentes si lo ven, lo saben o sospechan.

En esta era de Internet, el mundo se enfrenta a desafíos sin precedentes para defender los derechos y la dignidad de los niños y protegerlos del abuso y la explotación. Estos desafíos requieren una nueva forma de pensar, nuevos enfoques, una mayor conciencia global y un liderazgo inspirado. Por esta razón, esta Declaración de Roma llama todos a defender la dignidad de los niños.