La Iglesia de Barcelona atiende a los tripulantes de un buque abandonado - Alfa y Omega

La Iglesia de Barcelona atiende a los tripulantes de un buque abandonado

María Martínez López
Foto: AFP

Estos días, el equipo de Apostolado del Mar en Barcelona está ocupado atendiendo a la tripulación del C-Star, un barco al que la Generalitat impidió durante semanas atracar en Cataluña por haber sido contratado por una entidad de extrema derecha para boicotear los rescates de inmigrantes en el Mediterráneo. A la embarcación, que ya no lleva a los radicales a bordo, se le permitió la semana pasada atracar en el puerto de la Ciudad Condal. A bordo hay ocho tripulantes, todos ellos de Sri Lanka, que se enfrentan a una incertidumbre total sobre su destino. Para volver a su país, necesitan que les pague el armador, que se ha desentendido del caso. Apostolado del Mar, con la Cruz Roja, las autoridades del puerto y Salvamento Marítimo se han encargado, desde que llegó el C-Star, de suministrarle comida, agua, y combustible para los generadores. «Pero el proceso legal va a ser largo y complicado», vaticina Ricardo Rodríguez, el delegado diocesano.

No es habitual encontrar este tipo de casos extremos en Barcelona, donde se trabaja, sobre todo, en ofrecer atención pastoral a marinos mercantes y tripulación de cruceros.

Además de la atención religiosa, «tienen fundamentalmente dos necesidades –explica Rodríguez–: comunicarse con sus familias, porque desde los barcos es muy caro y la compañía no suele dejarles; y llegar hasta la ciudad. Los muelles cada vez están más lejos y los barcos pasan menos tiempo en el puerto».

Los 40 miembros de Apostolado del Mar (cuatro empleados y el resto voluntarios) de la archidiócesis visitan unos 2.200 barcos al año, todos los días de la semana. Llevan a los marinos a su centro, donde tienen ordenadores y wifi, además de un club, bar y sala de juegos. Si los trabajadores no tienen siquiera tiempo de alejarse mucho del barco, «en la furgoneta que llevamos hay un dispositivo wifi, y les damos también tarjetas SIM especiales para marinos».

De todo ello, «lo que más agradecen es que, en un mundo que está totalmente organizado en torno al comercio, haya una entidad especialmente dedicada a asistirlos humanamente a ellos. Aunque no hagan uso de nuestros servicios, recibir nuestra visita es una alegría. Nos preguntan cosas, les llevamos noticias de sus países, y a veces también nos plantean problemas humanos o laborales sobre los que los asesoramos».