El cardenal Omella: «La beatificación no es un ajuste de cuentas» - Alfa y Omega

El cardenal Omella: «La beatificación no es un ajuste de cuentas»

Fran Otero
El cardenal Omella, durante la Eucaristía de Acción de Gracias por la beatificación de 109 mártires claretianos

El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, presidió ayer en el santuario del Corazón de María de Barcelona, la Eucaristía de Acción de Gracias por la beatificación de 109 mártires claretianos el día anterior en la basílica de la Sagrada Familia. Una ceremonia concelebrada por el superior general de los Claretianos, Mathew Vattamattam, y doce obispos claretianos de todo el mundo.

El purpurado reconoció la historia de martirio de la congregación que, en más de 150 años de historia, ya cuenta con 183 mártires beatificados: «La del sábado fue la reconstrucción definitiva de 109 vidas rotas por confesar a Cristo en circunstancias que no quisiéramos que se repitieran jamás». Y añadió: «La beatificación no es un ajuste de cuentas con el pasado, sino un canto a la infinita gracia de Dios y una invitación a ser sus testigos en nuestro mundo».

En este sentido, pidió a los misioneros claretianos que continúen su labor por un mundo más justo y solidario, «incluyendo las autoridades políticas, pero no olvidéis que el corazón le pertenece solo a Dios». «No os dejéis atrapar por ideologías políticas o por otros ídolos modernos que reclaman nuestra entrega absoluta. Solo a Dios debemos dar lo que es de Dios. Esto nos dará una gran libertad de espíritu».

Omella reiteró el mensaje de perdón y reconciliación que transmiten los nuevos beatos y apeló a la confianza en Dios ante los problemas: «No tengáis miedo de afrontar las dificultades del tiempo presente porque, a través de acontecimientos que a menudo nos desbordan, Dios va dirigiendo la historia humana hacia su plenitud. El amor vence al odio y ninguna dificultad o persecución puede quitarnos la alegría de confesar a Jesús».

También, a lo largo de un fin de semana importante para la familia claretiana, el superior general habló sobre los nuevos beatos para decir que «no son mitos, sino personas concretas, provenientes de familias de nuestra tierra, educados en nuestros formativos, hombres que llevaban el tesoro de la vocación misionera en vasijas de barro de su humanidad».