El responsable de la comunicación del Vaticano apuesta por la transparencia ante rumores y chismorreos - Alfa y Omega

El responsable de la comunicación del Vaticano apuesta por la transparencia ante rumores y chismorreos

Dario Edoardo Viganò ha presentado en Madrid El susurro de las habladurías de la mano de Romana Editorial

Fran Otero
Dario Edoardo Viganò (en el centro) junto a Ángel Exposito y Carmen Magallón, en la presentación del libro «El susurro de las habladurías». Foto: Romana Editorial

Nadie está libre de ser víctima de rumores y chismorreos, y menos la Iglesia católica, sobre la que surgen cada día historias que pueden ser perfectamente creíbles pero no son verdaderas y que corren como la pólvora a través de las redes sociales. Son las Fake News, los rumores o habladurías de las que habla el prefecto de la Secretaría para la Comunicación de la Santa Sede, Dario Edoardo Viganò, en su nuevo libro El susurro de las habladurías, de Romana Editorial, que presentó este miércoles en Madrid.

«Hay que decir las cosas con claridad, sin difundir rumores», afirmó, al tiempo que manifestó la necesidad de valorar si es necesaria la respuesta o es mejor no darla, porque hay rumores que duran unos días. Habló sobre el rumor que se viralizó hace unas semanas sobre un empeoramiento de la salud de Benedicto XVI y su posible fallecimiento. «Una foto paró la fake new», dijo.

En el libro, Viganò recoge las palabras que repite una y otra vez el Papa Francisco sobre el pecado de las habladurías, aborda la cuestión de la cultura digital y los rumores, analiza las características de estos (acontecimiento creíble pero no verificado, ambigüedad, difícil distinguir el papel de cada uno de los actores, tienen un ciclo vital, se usan como contrapoder o para desestabilizar…), y hace lo mismo con las habladurías que, según dice, se dan en el ámbito privado o laboral (responden a un impulso y, a veces a una planificación; solo tiene éxito si el ambiente es receptivo; tiene que ver con el juicio y el poder).

Finalmente, el prefecto vaticano muestra el compromiso de la Iglesia en este sentido: «Acabar con las habladurías es ciertamente difícil pero no imposible, a condición de reconocer y encuadrar su alcance respecto al mantenimiento y a la renegociación de la propia credibilidad».