Madre Catalina, beatificada: una estrecha colaboradora del cura Brochero - Alfa y Omega

Madre Catalina, beatificada: una estrecha colaboradora del cura Brochero

Madre Catalina de María Rodríguez, fundadora de las Esclavas del Corazón de Jesús, será beatificada el sábado en Córdoba (Argentina)

Redacción

«Mujer, laica, madre, esposa fiel y dedicada, madre dolorosa pues su hija muere al nacer y cuida sus hijastros como hijos suyos y mueren en sus brazos, viuda y religiosa fundadora después de años de oscuridad y lucha»: así definen a Catalina de María Rodríguez las Esclavas del Corazón de Jesús, la institución que fundó en Argentina en 1872.

Catalina fue la primera en fundar una congregación de vida activa en su país. Quiso para sus religiosas el carisma de ser «contemplativas en la acción» y optó por seguir los pasos de san Ignacio de Loyola a través de los Ejercicios Espirituales; y también los del santo Cura Brochero, con quien le unió una gran amistad a lo largo de su vida.

Catalina nace en Córdoba (Argentina), el 27 de noviembre de 1823. A los 17 años hace sus primeros ejercicios espirituales y ahí nace su voluntad de entregar su vida a Dios. En 1852 se casa con el coronel Zavalía, un militar viudo y con dos hijos del que queda viuda a los 42 años, recuperando así su vocación inicial de una entrega más exclusiva. Así, en 1872 nacen las Esclavas del Corazón de Jesús, dedicadas a propagar el culto al Sagrado Corazón de Jesús a través de multitud de medios: en casas de Ejercicios espirituales, en colegios, en hogares para niños y jóvenes con necesidades sociales o económicas y también en centros misioneros. A los 52 años, con una espiritualidad ya madura, madre Catalina realiza sus primeros votos religiosos, en unos años en los que el instituto está en plena expansión, llegando a colaborar con el Cura Brochero en las montañas de la sierra argentina.

En realidad, madre Catalina y el Cura Brochero se conocieron ya en 1862, cuando este último era todavía seminarista; él hizo sus ejercicios espirituales en la casa donde ella ayudaba en la atención de los ejercitantes. Cinco años después, ambos comparten sus inquietudes por los más pobres colaborando en la acogida a los afectados por una grave epidemia de cólera.

Y en 1880, algunas Esclavas cruzan la sierra de Córdoba a caballo para colaborar en un colegio de niñas y una casa de Ejercicios fundados por el cura Brochero unos años antes. Así inició Catalina, de la mano de este compatriota declarado santo en 2016, una vida religiosa apostólica y activa en unos tiempos en que este tipo de consagración era aún inédita en su país.

Mientras las religiosas y los alumnos de los 25 colegios que las religiosas tienen en todo el mundo se disponen a celebrar este sábado la beatificación de su fundadora, sus hermanas del colegio de Jesús, en el madrileño pueblo de Barajas, afirman que Madre Catalina «nos habla de la importancia de ser agradecidos; o de cómo nunca debemos darnos por vencidos ante las dificultades; nos aconseja también ser constructores de paz; o, cuando nos equivocamos, saber pedir perdón…».

Reconocen también que durante estos días «la estamos escribiendo cartas y sabemos que todas estas cartas le llegan directamente a Jesús, porque nuestra querida madre es una gran “cartera”». Así, para celebrar este evento señalado para la institución, las religiosas invitan a todos a una fiesta el mismo sábado, a las 16:30 horas, en el colegio.