Nuevos horizontes para la pastoral familiar - Alfa y Omega

Nuevos horizontes para la pastoral familiar

En países como España, un padre pasaba en 1965 solo 16 minutos al día con sus hijos, en comparación con los 59 de 2012

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Foto: Archimadrid/José Luis Bonaño

La presentación del I Informe Familia marca un hito por dos motivos. El primero es que este estudio es fruto de la colaboración del Arzobispado de Madrid con una prestigiosa universidad (la Pontificia de Comillas) con el objetivo de proporcionar una sólida fundamentación empírica que permita articular una pastoral familiar con verdadera capacidad de incidencia. Esta es una de las grandes líneas que marca la exhortación Amoris laetitia, en la que el Papa aboga por una mayor incorporación de las ciencias sociales a la pastoral y cuestiona un tipo de predicación construida sobre conceptos o ideales excesivamente abstractos, generalmente alejados de la realidad.

En segundo lugar, si, como suele decir Francisco, no es posible una mirada aséptica sobre la realidad, el Informe Familia opta por una aproximación benevolente a la modernidad. No faltan realidades y corrientes culturales perturbadoras pero, en general, las personas siguen viviendo en familia y tienen una altísima valoración de esta institución. Ese ideal de familia no siempre coincide con el que propone la Iglesia, pero el informe constata una base común amplia que permitiría entablar un diálogo constructivo hasta ahora poco explorado. La próxima investigación, prevista para marzo, estará centrada en la figura del padre, y uno de los retos que se plantean es qué pueden decir juntos los católicos y otros sectores de la sociedad. También esto es pura Amoris laetitia, que anima a buscar semillas de verdad donde las haya –y a regar esas semillas–, huyendo de la mentalidad de fortaleza asediada. La modernidad trae también motivos para la esperanza. Por poner un ejemplo, según una reciente investigación de Giulia M. Dotti Sani y Judith Treas para la Universidad de California en Irvine realizada en once países ricos (entre ellos España), un padre pasaba en 1965 solo 16 minutos al día con sus hijos, en comparación con los 59 de 2012. La cifra está todavía lejos de los 104 minutos que pasan las madres con su prole, pero hay una clara evolución hacia una mayor implicación del varón en el hogar, unida a nuevas relaciones de género más igualitarias, algo que se evidencia también en la nueva intolerancia hacia la violencia machista que se abre paso en nuestras sociedades.