El Papa pide rezar más y estar atentos a los demás en Adviento - Alfa y Omega

El Papa pide rezar más y estar atentos a los demás en Adviento

«El Adviento es un tiempo para reconocer los vacíos que hay en nuestras vidas, suavizar la aspereza del orgullo y hacer un lugar en nuestro corazón a Jesús que viene». Son palabras del Papa Francisco a la hora del rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, el domingo 10 de diciembre, segundo del tiempo de Adviento

RV
Foto: Radio Vaticano

Acompañado por miles de fieles y peregrinos de varias partes del mundo, el Santo Padre reflexionó sobre la liturgia dominical en la que el profeta Isaías se dirige al pueblo anunciando el final del exilio de Babilonia y el regreso a Jerusalén.

Haciendo alusión a las profecías de Isaías, «todo valle sea levantado, y bájese todo monte y collado»(40,3); el Pontífice explicó que los valles para rellenar representan todos los vacíos de nuestro comportamiento ante Dios, como puede ser el hecho de no orar, la falta de caridad; así como todos nuestros pecados de omisión. Mientras que los montes que «debemos allanar», son el orgullo, la soberbia, y la prepotencia.

«Debemos adoptar una actitud de mansedumbre y humildad para poder preparar la venida de nuestro Salvador, que es manso y humilde de corazón (cfr. Mt 11, 29)», afirmó el Sucesor de Pedro indicando que todas estas acciones deben llevarse a cabo con alegría, ya que «están encaminadas a la llegada de Jesús».

«El Adviento es, por tanto, un tiempo propicio para orar más intensamente, para reservar a la vida espiritual el puesto importante que le corresponde, y para estar más atentos a las necesidades del prójimo», dijo Francisco recordando que si actuamos de esta manera, «podemos abrir caminos de esperanza en el desierto del corazón árido de tantas personas».

«El Salvador que esperamos es capaz de transformar nuestra vida con la fuerza del Espíritu Santo y con el amor», concluyó el Obispo de Roma pidiendo a la Virgen María, que ha preparado la venida de Cristo con la totalidad de su existencia, «que nos ayude a seguir su ejemplo y guíe nuestros pasos hacia el Señor, que viene».

Al finalizar la oración mariana, Francisco recordó que este domingo se entregaba el Premio Nobel de la Paz a la Campaña Internacional para abolir las armas nucleares. El Papa subrayó «el fuerte vínculo entre los derechos humanos y el desarme nuclear» y explicó que «empeñarse por la tutela de la dignidad de todas las personas, sobre todo de aquellas más débiles y desfavorecidas», significa también «trabajar con determinación para construir un mundo sin armas nucleares».

El Santo Padre aludió además a la celebración el martes, en París, de la cumbre Nuestro Planeta. «Deseo vivamente que esta Cumbre, así como las otras iniciativas que van en la misma dirección, favorezcan una clara toma de conciencia sobre la necesidad de adoptar decisiones realmente eficaces para contrastar los cambios climáticos y, al mismo tiempo, combatir la pobreza y promover el desarrollo humano integral», afirmó.