Alvira: «Es vergonzoso el nivel intelectual de las críticas a la clase de Religión» - Alfa y Omega

Alvira: «Es vergonzoso el nivel intelectual de las críticas a la clase de Religión»

El Secretario General de Escuelas Católicas ha sido contundente, en su intervención durante el último Diálogo Educativo organizado por COFAPA. Alvira ha denunciado «que en España, el debate sobre el hecho religioso es visceral y se utiliza para atacar», ha recordado que «la enseñanza concertada y la escuela católica ha aportado muchísimas cosas buenas a la sociedad» y ha lamentado el «vergonzoso nivel intelectual en las recientes críticas a la clase de Religión»

José Antonio Méndez

Claro y sin ambigüedades. Así se ha mostrado el Secretario General de Esucelas Católicas durante su intervención en el último Diálogo Educativo organizado por la Confederación de Asociaciones de Padres de Alumnos COFAPA.

En su intervención, el Alvira ha denunciado «que en España, el debate sobre el hecho religioso es visceral y se utiliza para atacar», como ha quedado demostrado con las recientes críticas al nuevo currículo de la asignatura de Religión católica. Una polémica que, según ha explicado, «parten de un debate artificial, interesado y exagerado, que a muchos les ha servido como excusa para desatar todas sus tormentas». Y que, además, se ha producido en unos términos nada educativos: «Ha sido vergonzoso el nivel intelectual de las críticas a la clase de Religión».

Derechos civiles, no privilegios

No obstante, Alvira ha querido recordar que la presencia de la Iglesia en la escuela, tanto en el asunto de la asignatura de Religión como en todo lo que tiene que ver con la enseñanza concertada, «no estamos hablando de privilegios de nadie, sino de derechos civiles, porque la institución escolar pertenece y corresponde a la sociedad civil». Por eso, «desde la Iglesia queremos estar presentes en la enseñanza, y de hecho lo estamos, pero no por ningún privilegio, sino porque tenemos derecho a ello». Un derecho que viene avalado por el punto primero del artículo 27 de la Constitución, «que supo conjugar dos tendencias educativas que históricamente se han ido oponiendo a la hora de legislar en materia de enseñanza: el de igualdad y el de libertad».

No obstante, también alertó de que «ahora vemos que se están rescatando fantasmas del pasado y resucitando términos que ya creíamos superados, como el de proponer una enseñanza pública de calidad (algo con lo que yo estoy totalmente de acuerdo), pero que tenga que ser necesariamente pública y laica (algo con lo que ni yo, ni muchísimas familias están de acuerdo), igual que en su día se proponía una escuela pública y única. Y eso que la escuela única sólo existe en las dictaduras».

El Secretario General de Escuelas Católicas –una entidad que aglutina a 2.048 centros educativos, en los que estudian 1.207.527 alumnos– ha señalado también que «defender la enseñanza pública no puede pasar por pedir la eliminación de otros modelos» ni tampoco por utilizar unos planteamientos radicales, «que se están instalando peligrosamente en nuestra sociedad; nerviosa e inquieta a causa de la crisis».

Una gran aportación a la sociedad

Asimismo, Alvira ha recordado que «la escuela católica goza, en general de buena salud», y «ha aportado mucho de positivo a la mejora de la educación» y por tanto «a mejorar nuestra sociedad».

Su diagnóstico viene avalado por la enorme demandan que tienen estos centros por parte de las familias: «Las familias saben a dónde vienen cuando llegan a nuestros centros. Nosotros no engañamos a nadie: no vamos a adoctrinar a nadie, pero no vamos a renunciar a nuestra identidad de escuela católica». Y aunque «es cierto que muchas familias vienen a la escuela católica sin que les mueva una motivación religiosa», se preguntó: «¿Y qué más da eso? Las motivaciones de cada uno son diferentes, y eso no es lo importante». La clave está en que «en la escuela católcia queremos evangelizar a las familias y a los niños, si se dejan evangelizar. Estamos llamados a llegar también a los menos convencidos, a los que están más lejos, pero desde la propuesta, sin imponer nada a nadie».

Incierto escenario electoral

El Secretario General de la entidad que aglutina a cerca de un tercio de los centros concertados de España no eludió tampoco el incierto escenario que se puede presentar después del año electoral que tenemos por delante, y valoró los diferentes planteamientos políticos que hay en liza en el terreno de la educación. Así, además de aclarar que «la LOMCE no es la ley de la concertada» pues aunque «tiene algunos aspectos positivos» ha sido también «una ocasión perdida para cerrar algunos problemas sobre este modelo de enseñanza que llevan demasiado tiempo abiertos», ha lamentado sin ambigüedades el «nefasto procedimiento que ha seguido el Ministerio para desarrollarla». De hecho, ha criticado que «el Ministerio de Educación no sabía en qué terreno jugaba. No conocía el mundo de la enseñanza y no ha querido conocerlo», con el resultado decepcionante de la ley actual.

¿Y si gana la izquierda, en medio de este clima tan crispado que él mismo ha dibujado? Tampoco se ha ido por las ramas, aunque no se ha mostrado especialmente optimista: «En principio, el PP parece que de partida tendría que tener unos principios más acordes a los nuestros, pero a la hora de la verdad, donde gobiernan hacen cosas claramente contrarias a esos principios y no sabemos a qué atenernos. En cambio, el PSOE conoce mejor el terreno de la educación y, aunque de partida está más lejos de nosotros, luego quizás son más pragmáticos a la hora de llegar a acuerdos». Sobre Podemos, Alvira ha apuntado que «en educación, parece que o no se quieren retratar, o todavía no saben retratarse» por no tener un planteamiento claro y unívoco.