Transparencia sin concesiones - Alfa y Omega

Transparencia sin concesiones

El Papa ordena la apertura de una investigación por presuntos pagos de una universidad al cardenal Rodríguez Maradiaga, coordinador del grupo de cardenales que le asesora en la reforma de la Curia vaticana. Francisco mantiene la confianza en que no hubo ninguna irregularidad

Ricardo Benjumea
Foto: CNS

«Hay una investigación ordenada por el mismo Santo Padre». Un comunicado del portavoz vaticano, Greg Burke, provocaba un terremoto mediático el 22 de diciembre. Esta era la respuesta de la Santa Sede a un reportaje publicado en la víspera en la revista italiana L’Espresso, que acusaba al cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga de recibir grandes sumas de dinero de la Universidad Católica de Honduras (algo más de 40.000 euros mensuales) por su condición de gran canciller. Firmaba la información Emiliano Fittipaldi, autor del polémico libro Avarizia sobre supuestos escándalos financieros en la Curia romana. Fittipaldi fue juzgado este año por la justicia vaticana —pero finalmente no condenado— por difundir documentos confidenciales.

L’Espresso hablaba también de inversiones dudosas de la archidiócesis de Tegucigalpa, algo que entraría en contradicción con la imagen de Rodríguez Maradiaga, expresidente de Cáritas Internacional, como obispo de marcada sensibilidad social. Para aclarar estas acusaciones, el obispo argentino Jorge Pedro Casaretto llevará a cabo una auditoría a petición del Papa.

«Me duele lo que han dicho contra ti»

Transparencia sin concesiones, a pesar de que Francisco mantiene su confianza en uno de sus colaboradores mas cercanos. «Me duele todo lo malo que han dicho contra ti, pero tú no te preocupes», le llamó el Pontífice para decirle por teléfono.

Lo contó el cardenal de Tegucigalpa en una entrevista el día 24 al canal de televisión católico Suyapa TV.

Rodríguez Maradiaga, a quien le estalló el escándalo regresando de Roma de una reunión del Consejo de Cardenales, calificó las acusaciones de «calumnia», y aclaró que vienen de atrás. Fueron publicadas en 2016 en un libelo anónimo que la archidiócesis atribuye a un empleado de la Universidad Católica despedido por «comportamientos deshonestos en la administración de fondos».

El purpurado negó la veracidad de la información sobre las inversiones, y aclaró que los pagos que ha recibido de la universidad —una institución «próspera» y «sin deudas»— no son para su uso personal, sino para obra social y el sostenimiento de seminaristas y sacerdotes, particularmente en el ámbito rural.

Rodríguez Maradiaga, que cumple 75 años el 29 de diciembre, ha enviado ya la preceptiva carta de renuncia por edad al Papa, que previsiblemente le concederá una prórroga. Este dato sustentaría la hipótesis de que la fecha de la publicación del reportaje de L’Espresso ha sido escogida para generar la mayor desestabilización posible. «Estas personas que han inventado este libelo es porque atacan al Santo Padre y a este pobre servidor y lo que no quieren es que se reforme la Curia», dijo el coordinador del Consejo de Cardenales a Suyapa TV.

«Que cada uno rinda cuentas»

En el caso del cardenal Rodríguez Maradiaga, Francisco ha seguido una de las consignas de su pontificado: la transparencia. La Iglesia quiere luz y taquígrafos porque «es justo que cada uno dé cuentas de sus propios comportamientos». Son palabras del secretario de Estado, cardenal Parolin, en julio, en relación con el juicio contra el expresidente del hospital pediátrico Bambino Gesú Giuseppe Profiti. Su delito, el desvío de 422.000 euros, supuestamente para la reforma de la residencia del cardenal Tarcisio Bertone, que saltó a la luz durante el caso Vatileaks. Esto suscitó la apertura de una investigación, que terminó en juicio y condena.

Dentro de esta apuesta de la Santa Sede, la reforma financiera sigue dando frutos. Moneyval, órgano de control del Consejo de Europa, ha aplaudido las medidas implantadas por el Vaticano, aunque ha lamentado que «aún no se haya llevado ante los tribunales ningún caso de blanqueo». El año ha acabado también con la salida del círculo financiero vaticano del ex auditor general de la Santa Sede Libero Milone —acusado de espiar la vida privada de personal de la Santa Sede— y del número tres del banco vaticano, Giulio Mattietti.

Pero la transparencia no es solo económica. En junio la Santa Sede favoreció el regreso a Australia del cardenal George Pell, secretario de Economía, para ser juzgado por presuntos abusos sexuales.

M. M. L.