Obispos para una Iglesia en salida - Alfa y Omega

Obispos para una Iglesia en salida

Para el Papa Francisco, el lugar en el que debe estar el obispo no es tanto la Curia diocesana como la calle

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Foto: Archimadrid/José Luis Bonaño

El nombramiento de tres nuevos obispos auxiliares trasciende ampliamente el ámbito de Madrid, ya que consolida –o confirma– una clara línea en los últimos nombramientos para España de obispos con un marcado perfil pastoral y de cercanía a la gente, unido en muchos casos a una fuerte sensibilidad social. Nada sorprendente, en cualquier caso, si lo comparamos con lo que sucede en otros países. En Argentina, por ejemplo, el Papa acaba de hacer obispo a un cura villero, algo impensable hace solo unos años, cuando se veía frecuentemente con recelo la labor de estos sacerdotes, incómodos críticos del abandono en el que las autoridades políticas y la sociedad dejan a los habitantes de las periferias pobres de las ciudades.

¿Qué mensaje deja esto? Para el Papa, el lugar en el que debe estar el obispo no es tanto la Curia diocesana como la calle. Perfiles como los de teólogo o canonista siguen siendo imprescindibles en la Iglesia, también seguramente en el episcopado, pero a la hora de elegir nuevos obispos Francisco está dando prioridad a la dimensión evangelizadora y de acompañamiento a las comunidades cristianas. Esto es lo que él llama «Iglesia en salida», el elemento central en la reforma que está impulsando. Más que en los cambios de estructuras funcionariales en el Vaticano, los signos visibles de estos cambios hay por eso que buscarlos en sus nombramientos para las Iglesias locales, incluida la elección de cardenales.

En los nuevos auxiliares de Madrid, llama también la atención que los tres llegaran al seminario ya con licenciaturas civiles completadas, tras «haber vivido como jóvenes normales en el mundo», en palabras de uno de ellos. Es un rasgo cada vez más frecuente entre los nuevos sacerdotes, que están acostumbrados a confrontarse con la cultura contemporánea, e incluso han descubierto su vocación en un entorno muy marcado por la secularización y el pluralismo. De ahí se deriva tanto una clara inquietud por la evangelización de sus contemporáneos como el hábito del diálogo con los demás, una dimensión plenamente integrada y normalizada en su ministerio.