«Chile tiene una deuda con los mapuches» - Alfa y Omega

«Chile tiene una deuda con los mapuches»

Dentro de su viaje a Chile, Francisco visitará la Araucania, donde celebrará Misa y se reunirá con sus habitantes, indígenas y no indígenas

María Martínez López
El obispo de Temuco, monseñor Héctor Vargas, participa en la Eucaristía del Futa Txawün de 2017, el encuentro anual con el pastor, en la comuna de Lautaro. Foto: Diócesis de Temuco

«Conservad con sano orgullo la cultura de vuestro pueblo». Isolde Reuque no olvidará estas palabras de Juan Pablo II en abril de 1987, durante un encuentro con campesinos e indígenas en Temuco (Chile). «Lo que dijo penetró en muchos mapuches». Por eso cree que la visita de Francisco a su país, del 15 al 18 de enero, es «un tremendo regalo de Dios».

Ella intenta vivir la petición del Papa polaco en su día a día. «Soy hija y nieta de loncos, los jefes de las comunidades. Participo en los gillatunes, celebraciones religiosas que reúnen a varias comunidades cada dos o cuatro años. Cada día me levanto y hago mi oración al estilo mapuche… y luego me voy a trabajar en el Obispado». Es secretaria general de la Comisión de Pastoral Mapuche de la diócesis de Temuco.

Los mapuches son el principal pueblo indígena de Chile. Su población ronda el millón de personas. El 50 % viven en el campo, en comunidades llamadas lof, que reúnen a varias decenas de familias. El resto, en los pueblos y ciudades, mezclados con la población general.

Desde la comisión diocesana, Reuque ha ayudado a organizar la visita del Papa Francisco a Temuco, el 17 de enero. El Santo Padre celebrará Misa y comerá con un pequeño grupo de habitantes de esta región, la Araucania. Habrá mapuches, que suponen el 30 % de la población –«entre ellos un lonco y una machi o sacerdotisa»–, y no mapuches. Esos mapuches –añade Reuque– «son líderes de las comunidades de base, no los que están en los medios».

Se refiere a los representantes de diversas organizaciones –también de la vecina Argentina– que con sus protestas y movilizaciones hacen prever que la de Temuco pueda ser una jornada tensa en la agenda del Pontífice. «Muchos periodistas me preguntan por el conflicto mapuche. Yo respondo que no he visto ningún conflicto. Solo veo que el Estado chileno tiene una deuda histórica con nuestras comunidades».

«Necesitamos recuperar tierras»

Una de sus principales reclamaciones es la de la tierra. «Ustedes los españoles no pudieron con nosotros», bromea Reuque. Solo tras la independencia de Chile (1823), durante la segunda mitad del siglo XIX se llevó a cabo la ocupación de la Araucania. Los indígenas fueron dominados militarmente y, aunque se les reconoció la propiedad de algunas tierras, su territorio se vio muy reducido y sujeto a apropiaciones irregulares.

«Nosotros tenemos muchos hijos, y cuando se casan, se divide la tierra. Originalmente, nos correspondían seis hectáreas por familia. Ahora, tenemos media. Eso no da para que viva una familia con varios hijos. Muchos tienen que salir a trabajar fuera como temporeros, empleadas domésticas… Necesitamos recuperar las tierras que fueron nuestras y se han ido perdiendo».

Otra de sus reivindicaciones es que los pueblos originarios sean reconocidos en la Constitución. Esto llevaría –espera la responsable diocesana– a una mayor aceptación de su cultura, por ejemplo incluyendo su lengua en el ámbito educativo; y también a que «las políticas de desarrollo sean diferentes a como se plantean ahora; a que nos tengan en cuenta. Cuando hay un conflicto», por ejemplo para construir una gran infraestructura en tierra mapuche, «dicen que van a regalarnos un camino o un puente… y terminan actuando de forma que perjudican a las comunidades. El Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (1983) y la Ley de Desarrollo Indígena 19.253 (1993) siempre quedan por debajo del código de aguas, de la ley minera o de la ley eléctrica. ¿Qué pasa, que somos inferiores?».

Evangelio… y cuidado de las plantas

Isolde Reuque, de la Comisión de Pastoral Mapuche de Temuco, se felicita porque en las últimas décadas la Iglesia católica ha ido reconociendo a los mapuches y sus necesidades. Hace 50 años, las diócesis de Temuco y Villarrica crearon la Fundación Instituto Indígena para defender sus derechos. A este paso le siguió la creación de comisiones de pastoral mapuche tanto en la Conferencia Episcopal como en las diócesis donde hay más indígenas; y la publicación de documentos sobre esta cuestión.

Reuque y su equipo visitan una vez al mes 14 parroquias de alta población mapuche. «Capacitamos a sus animadores sobre temas bíblicos, para buscar una evangelización inculturada. No es difícil, porque los mapuches también creen en un ser superior, Guenechén; en la hermandad con el otro, y en una actitud de oración constante. También los formamos en temas que tienen que ver con la identidad del pueblo mapuche», incluido el cuidado de las plantas y semillas.

Esto está llevando a que en algunas zonas se esté cambiando de actitud y «ambas culturas puedan participar juntas en la Eucaristía», desde su identidad. «Algunos sacerdotes, en el acto penitencial y la oración de los fieles, invitan a los mapuches a pedir perdón y hacer peticiones en su lengua, de forma que expresen lo que les sale del corazón, no solo repitan. Pero todavía queda mucho por hacer».