El Papa a los jóvenes: «Jesús te quiere tal como eres» - Alfa y Omega

El Papa a los jóvenes: «Jesús te quiere tal como eres»

«No te maquilles el corazón mostrate delante de Jesús tal como sos para que te pueda ayudar a progresar en la vida», les dice el Papa a los jóvenes de Perú, al despedirse de ellos en la plaza de Armas de Lima. Estas fueron sus palabras:

Ricardo Benjumea

Queridos jóvenes, me alegra poder reunirme con ustedes. Estos encuentros para mí son muy importantes y más en este año en el cual nos preparamos para el Sínodo sobre los jóvenes.

Sus rostros, sus búsquedas, sus vidas, son importantes para la Iglesia, y debemos darles la importancia que se merecen y tener la valentía que tuvieron muchos jóvenes de esta tierra que no se asustaron de amar y jugarse la vida por Jesús.

¿Qué me confió el Señor?

¡Queridos amigos, cuántos ejemplos tienen ustedes! Pienso en san Martín de Porres. Nada le impidió a ese joven cumplir sus sueños. Nada le impidió gastar su vida por los demás. Nada le impidió amar, y lo hizo porque había experimentado que el Señor lo había amado primero. Así como era: mulato, y teniendo que enfrentar muchas privaciones. A los ojos humanos o de sus amigos, parecía que tenía todo para «perder» pero él supo hacer algo que sería el secreto de su vida: confiar. Confió en el Señor que lo amaba, ¿y saben por qué? Porque el Señor había confiado primero en él, como confía en cada uno de ustedes. Y no se cansará nunca de confiar.

A cada uno de nosotros, el Señor nos confía algo. Y la respuesta es confiar en Él. Cada uno de ustedes piense ahora en su corazón: ¿qué me confió el Señor? Cada uno piense: ¿qué tengo en mi corazón que me confió el Señor?

Me podrán decir: «pero hay veces que se vuelve muy difícil». Los entiendo. En esos momentos pueden venir pensamientos negativos, sentir que hay muchas situaciones que se nos vienen encima y pareciera que nos vamos quedando «fuera del mundial»; pareciera que nos van ganando. Pero no es así, ¿verdad?

Déjense acompañar

Hay momentos donde pueden sentir que se quedan sin poder realizar el deseo de sus vidas, de sus sueños. Todos hemos pasado situaciones así. Queridos amigos, en esos momentos donde parece que se apaga la fe no se olviden que Jesús está a su lado. ¡No se den por vencidos, no pierdan la esperanza! No se olviden de los santos que desde el cielo nos acompañan; acudan a ellos, recen y no se cansen de pedir su intercesión. Esos santos de ayer pero también de hoy: esta tierra tiene muchos, porque es una tierra «ensantada». Perú es una tierra «ensantada». Busquen la ayuda, el consejo de personas que ustedes saben que son buenas para aconsejar porque sus rostros muestran alegría y paz. Déjense acompañar por ellas y así andar en el camino de la vida.

Pero hay algo más. Jesús quiere verlos en movimiento; a vos quiere verte llevar adelante tus ideales, y que te animes a seguir sus instrucciones. Él los llevará por el camino de las bienaventuranzas, un camino nada fácil pero apasionante, un camino que no se puede recorrer solo, hay que recorrerlo en equipo, donde cada uno puede colaborar con lo mejor de sí. Jesús cuenta contigo como lo hizo hace mucho tiempo con santa Rosa de Lima, santo Toribio, san Juan Macías, san Francisco Solano y tantos otros. Hoy te pregunta a vos si, al igual que ellos, estás dispuesto a seguirlo. ¿Estás dispuesto a seguirlo? Hoy, mañana, ¿vas a estar dispuesto a seguirlo? ¿Y dentro de una semana?

[Los jóvenes gritan: Sí]. No estén tan seguros, no estén tan seguros… Mirad, si querés estar dispuesto a seguirlo, pedidle a Él que te prepare el corazón para estar dispuesto a seguirlo. ¿Está claro?

Jesús no se desanima de vos

Queridos amigos, el Señor los mira con esperanza, nunca se desanima de nosotros. A veces a nosotros nos pasa que nos desanimamos de un amigo, de una amiga, porque nos parecía bueno y después vivimos que no era tanto y nos desanimamos y lo dejamos de lado. Jesús nunca se desanima, nunca. «Padre, pero si usted supiera las cosas que yo hago… Yo digo una cosa pero hago otra. Mi vida no es del todo limpia». Así y todo, Jesús no se desanima de vos.

Y ahora, hagamos un poco de silencio. Cada uno mire en su corazón como es la propia vida.

La mirás en el corazón y vas a encontrar que por momentos hay cosas buenas, que por momentos hay cosas que no son tan buenas, y así y todo, Jesús no se desanima de vos. Y desde tu corazón decíle: «Gracias, Jesús. Gracias porque viniste para acompañarme aún cuando estaba en las malas. Se lo decimos todos: Gracias, Jesús».

Es muy lindo ver las fotos arregladas digitalmente, pero eso solo sirve para las fotos, no podemos hacerle «photoshop» a los demás, a la realidad, ni a nosotros. Los filtros de colores y la alta definición solo andan bien en los videos, pero nunca podemos aplicárselos a los amigos. Hay fotos que son muy lindas, pero están todas trucadas y déjenme decirles que el corazón no se puede «photoshopear», porque ahí es donde se juega el amor verdadero, ahí se juega la felicidad. Ahí mostrás lo que sos: ¿Cómo es tu corazón?

Jesús no quiere que te «maquillen» el corazón; Él te ama así como sos y tiene un sueño para realizar con cada uno de ustedes. No se olviden: Él no se desanima de nosotros. Y si ustedes se desaniman los invito a agarrar la Biblia y a recordar a los amigos que Dios se eligió: Moisés era tartamudo; Abrahán, un anciano; Jeremías era muy joven; Zaqueo, uno de baja estatura; los discípulos, cuando Jesús les decía que tenían que rezar, se dormían; la Magdalena, una pecadora pública; Pablo, un perseguidor de cristianos; y Pedro, lo negó (después lo hizo Papa, pero lo negó)… y así podríamos seguir esa lista. Jesús te quiere como sos, así como quiso, como eran a estos, sus amigos, con sus defectos. Con ganas de corregirse. Pero así como sos: así te ama el Señor. No te maquilles, no te maquilles el corazón, pero mostrate delante de Jesús tal como sos delante de Él para que te pueda ayudar a progresar en la vida.

¿Cuanto amor tengo en mi corazón?

Cuando Jesús nos mira, no piensa en lo perfecto, sino en todo el amor que tenemos en el corazón para brindar y para servirlo a Él. Para Él eso es lo importante, eso es lo más grande: ¿cuánto amor tengo yo en mi corazón? Y esa pregunta quiero que lo gamos a nuestra Madre: «Madre, querida Virgen María, mirad el amor que tengo yo en mi corazón. ¿Es poco? ¿Es mucho? No sé si es amor». Y tengan seguro que ella los acompañará en todos los momentos de la vida, en todas las encrucijadas, especialmente cuando tengan que tomar decisiones importantes. No se desanimen. No se desanimen, vayan adelante. Todos juntos. Porque la vida vale la pena vivirla con la frente alta. ¡Que Dios los bendiga!

Oración por la República Democrática del Congo

Estamos en la plaza mayor de Lima, un lugar chiquito en una ciudad relativamente chica del mundo. Pero el mundo es mucho más grande y está lleno de ciudades, de pueblos. Y está lleno de problemas. Y está lleno de guerras. Y hoy me llegan noticias muy preocupantes desde la República Democrática del Congo, pensemos en el Congo. En estos momentos, desde esta plaza, y con todos estos jóvenes, pido a las autoridades, a los responsables y a todos en ese amado país que pongan su máximo empeño y esfuerzo a fin de evitar toda forma de violencia y buscar soluciones a favor del bien común. Todos juntos en silencio rezamos por esta intención, por nuestros hermanos de la República Democrática del Congo.

[Rezo del Ángelus]

¡Y hasta la vista!