Gentes: Robert Sarah, Cardenal Prefecto Congregación Culto Divino (en Palabra) - Alfa y Omega

En un mundo en que los deseos materiales son cada vez más acuciantes para tantas personas, la oración se nos puede presentar como superflua. Estamos expuestos al peligro de pensar que Dios no es lo primero. En la barahúnda de nuestras ocupaciones diarias, ¿no es verdad que en ocasiones Dios pasa a un segundo plano? Sin embargo, sólo podemos servir a los demás, si no nos quedamos vacíos; sólo podemos dar, si nos dejamos llenar del amor de Dios. La Misa, la Liturgia de las Horas, la oración junto al sagrario, son espacios que nos permiten respirar de nuevo, y son fuente de servicio a los demás.