Carlos Ballesteros explica las Bienaventuranzas en clave económica - Alfa y Omega

Carlos Ballesteros explica las Bienaventuranzas en clave económica

La HOAC organiza este miércoles un café-tertulia en el que Carlos Ballesteros, el autor de La economía de las Bienaventuranzas, es entrevistado por la periodista y escritora Charo Mármol sobre la posibilidad de una economía social, participada y comunitaria

Redacción
Foto: Adobe Stock

«Dándole vueltas al tema de la economía solidaria creo que se puede tomar como referente el texto de las Bienaventuranzas y obtener una perspectiva de la economía desde una clave creyente», explica el profesor Carlos Ballesteros, de la Universidad Pontificia Comillas.

En primer lugar destaca que «las Bienaventuranzas siempre prometen: “Seréis felices si…”. Es decir que nos dan una promesa de felicidad, pero esta promesa no se corresponde con la que ofrece el mundo de hoy. La felicidad en realidad no es el happy shopping, no es poder volver a comprar como antes de la crisis, no es poseer más y tener más y más cosas. Los economistas somos conscientes de la llamada Paradoja de Easterlin: no por tener más cosas somos más felices. Hay que salir de ahí».

Dentro de las propuestas contraculturales acerca de la felicidad, Ballesteros se vale de las Bienaventuranzas, «porque cada una de ellas nos da una clave práctica acerca del dinero, de los bienes y de la economía».

Por ejemplo, las cuatro primeras —las que hacen referencia a los pobres, los mansos, los que lloran, los que tienen hambre y sed de justicia— «indican los bueno de llevar una vida sobria, el ser feliz con menos, el contentarnos con el mínimo exigible para vivir, el desplegarme de la esclavitud del mercado, del materialismo y del happy shopping».

Las siguientes se explican así desde esta misma clave: «Los misericordiosos son los que ayudan, los que perdonan, los que buscan una economía de reconciliación, lo cual se plasma en la participación en iniciativas de comercio justo, de justicia fiscal, de economía de comunión, de buscar el bien común, de buscar incluir la dignidad y la sostenibilidad en nuestras relaciones económicas», dice el profesor de Comillas.

Los limpios de corazón «son los coherentes, porque yo no puedo estar en la calle gritando “No a la guerra” o en Misa comulgando, y luego desentenderme de lo que hago con mi dinero, si lo meto en un banco que haga inversiones inhumanas o no, o si tengo comportamientos de consumo incoherentes; de ahí surgen pistas concretas como la apuesta por la banca ética, el consumo responsable, la inversión en energías limpias, el adquirir un móvil de comercio justo con coltán “limpio”…».

Los pacíficos, por su parte, «buscan una economía de paz en la que todos estemos a gusto, en contraste con la ruptura generalizada que existe hoy: de las personas con sus empresas, de las personas con lo público, de todos con el medio ambiente, de todos con todos, lo cual a veces se refleja en pensamientos como que el inmigrante me quita el trabajo, o en no pagar lo justo a mi empleada del hogar. Los pacíficos trabajan justo en el sentido contrario».

Por último, la bienaventuranza sobre los perseguidos hace referencia para Carlos Ballesteros «al activismo puro y duro, sabiendo que la lucha por este tipo de economía trae persecuciones. Es una economía perseguida. No es simplemente quedarse en las prácticas morales anteriores y ya dormir tranquilos. Es un paso más. El Sermón del Monte continúa con una invitación a salir a la luz, a no esconder la lámpara debajo de la mesa, lo cual en este ámbito de la economía solidaria nos ha de llevar a acciones concretas que a lo mejor nos traen persecución».

Carlos Ballesteros habla de La economía de las Bienaventuranzas este miércoles 28 de febrero, comienzo a las 18:30 horas en la cuarta planta del salón de actos de la HOAC (calle Alfonso XI, 4).