Difícil e inevitable compañera - Alfa y Omega

Difícil e inevitable compañera

Fran Otero
Foto: Pixabay

Ahora que hay gobiernos que crean ministerios para abordar la soledad, que las ciudades y los pueblos se llenan de vidas vividas sin nadie más; cuando estar rodeado de gente puede significar estar más solo que nunca o monasterios vacíos y solos se abren para paliar la compañía menos deseada, Sal Terrae nos ofrece, de la mano del jesuita José María Rodríguez Olaizola, una guía para bailar con ella, sí, con la soledad. Esa misma que a veces deseamos y otras, las más probablemente, anhelamos desterrar de nuestra presencia.

«Esa soledad –dice el autor en la introducción–, difícil compañera en algunas etapas del camino, es inevitable en distintos momentos y situaciones vitales. […] No es el fin del mundo, ni es señal de fracaso. Es tan solo otra música que forma parte de la banda sonora de la historia y de la vida».

Así, con esta premisa, se analizan las dinámicas que aíslan en el mundo de hoy, pero también se vislumbran puentes que comunican, que encuentran. Soledad y encuentro que no son antagónicas, sino dimensiones complementarias de nuestra vida con las que hay que aprender a lidiar. Y a esto nos enseña este libro desde la fe.

Bailar con la soledad
Autor:

José María Rodríguez Olaizola

Editorial:

Sal Terrae