Un año y medio después del terremoto de Italia aparece un sagrario con 40 hostias intactas en su interior - Alfa y Omega

Un año y medio después del terremoto de Italia aparece un sagrario con 40 hostias intactas en su interior

Las formas consagradas no presentaban ninguna alteración en el color, la forma y el olor a pesar de llevar un año y medio encerradas en un tabernáculo y sepultadas bajo los escombros. «Parecía que habían sido hechas el día anterior». «Se sentía todavía el perfume»

Redacción
Foto: Avvenire.

En 2016 un terremoto en el centro de Italia no solo causó la muerte a cerca de 300 personas sino que también se llevó por delante una gran cantidad de edificios, dejando un panorama desolador que incluso el Papa quiso visitar para llevar consuelo.

Una de las edificaciones afectadas fue la Iglesia Santa Maria Assunta de la localidad de Arquata, que se vino abajo por completo. Al caer el templo, los escombros sepultaron el sagrario que en ese preciso momento contenía en su interior un copón con 40 hostias consagradas.

Foto: Avvenire.

Un año y medio después del terremoto los carabinieri dedicados a la custodia del patrimonio cultural hallaron el tabernáculo y lo trasladaron a la catedral de Ascoli. Allí fue cuidadosamente abierto por el padre Angelo Ciancotti.

Según informa el diario Avvenire, el sacerdote abrió el sagrario con una de las llaves de su colección y encontró que «dentro el copón estaba recostado, pero cerrado. Y en su interior estaba el cuerpo de Cristo intacto, sin cambios en el color, la forma y el olor a pesar de llevar un año y medio cerrado». En las formas consagradas «no se vio ninguna alteración, como sucede habitualmente en las hostias después de algunas semanas». En esta ocasión, «pese a que ya tenían más de año y medio, parecía que habían sido hechas el día anterior».

Para el padre Ciancotti este «inexplicable descubrimiento» más que un milagro, «sobre todo es un mensaje para todos: es un signo que nos recuerda la centralidad de la Eucaristía».

Sobre el suceso también se ha pronunciado el obispo de Ascoli Piceno, monseñor Giovanni D’Ercole: «Se sentía todavía el perfume. Es algo que conmueve. Es un signo de esperanza para todos. Nos dice que también Jesús sufrió el terremoto como todos, pero que ha salido vivo entre los escombros», relató el prelado al periódico de la Conferencia Episcopal Italiana.