Las reliquias de san Asturio, noveno arzobispo de Toledo, vuelven a Villaseca de la Sagra - Alfa y Omega

Las reliquias de san Asturio, noveno arzobispo de Toledo, vuelven a Villaseca de la Sagra

La localidad toledana de Villaseca de la Sagra recibirá este sábado, con todos los honores, las reliquias de san Asturio Anulino Serrano, noveno arzobispo de Toledo (siglo IV-V). Será su sucesor, monseñor Braulio Rodríguez, el encargado de darle la bienvenida a su localidad natal. Los restos del santo, cuya existencia desconocían sus paisanos, han aparecido en la Cámara Santa de la catedral de Oviedo

Anabel Llamas Palacios

A 17 kilómetros de Toledo se encuentra la localidad de Villaseca de la Sagra, un pueblo de cerca de dos mil habitantes, con una interesante actividad social y cultural, promovida por el ayuntamiento y los vecinos; un esfuerzo que queda patente al contemplar aunque sólo sea de lejos su oferta teatral, taurina, su escuela de idiomas, la biblioteca municipal o los diferentes programas de ayuda al estudio tanto para pequeños como para mayores.

A esta localidad llegó hace un tiempo su nuevo párroco, Andrés Francisco Peña, quien, para conocer su nuevo destino, decidió comenzar a recoger toda la documentación que cayera en sus manos sobre el territorio. Un día, en una publicación histórica, encontró la alusión a uno de los personajes ilustres de Villaseca, muy remoto, del siglo IV, al que titulaban como santo, de nombre Asturio Anulino Serrano.

«Aquello me sorprendió mucho, pues jamás había oído hablar de él, ni sabía que Villaseca tuviera, entre sus personajes ilustres, a un santo», afirma el propio párroco. «Pero lo más sorprendente fue el constatar que nadie en el pueblo había oído hablar de él, ni sabían nada acerca de un santo nacido en el pueblo».

Descubridor de los Santos Niños

De esta manera, comenzó una investigación que se centró principalmente en corroborar los documentos, que procedían del siglo XVI y que hablaban de san Asturio Serrano, y comprobar que no había otros textos que contradijeran semejantes afirmaciones.

«Otra cuestión comenzó –continúa el párroco– cuando veo que la historia de san Serrano es muy conocida en Alcalá de Henares, y que allí es considerado como el refundador de la diócesis. Lo afirmas san Ildefonso precisamente, siendo la máxima autoridad de Toledo, al hablar de varones ilustres de aquella ciudad, y menciona el primero a Asturio, una persona bienaventurada, digna de un milagro y cuyo nombre está inscrito en el cielo, es decir, se le da toda la categoría de un santo».

Asturio Serrano fue el noveno arzobispo de Toledo, y vivió entre los siglos IV y V. Según cuentan las crónicas, abandonó su diócesis porque tuvo una revelación acerca del lugar donde estarían enterrados los santos niños Justo y Pastor, en Alcalá de Henares, muertos cien años antes. «Él fue quien buscó los restos –explica el párroco de Villaseca–. Y gracias a que finalmente los encontró, el culto a los Santos Niños volvió a renacer en Alcalá de Henares con esplendor. Por eso, se le considera, al menos, el refundador de la diócesis complutense».

La santidad de «un sencillo pastor»

«San Asturio –escribía el párroco en una carta a los sacerdotes toledanos en noviembre pasado– es exponente de la fe cristiana en su dimensión más común de un sencillo pastor, que puso en el centro de su quehacer pastoral la fe y el amor a Jesucristo, y que no quiso que la proclamación de esa fe –llevada al extremo de sellarla con la propia sangre, como es el caso de los Santos Niños– quedara en el olvido. Éste era un riesgo en aquellos tiempos, como lo es ahora. Es el prototipo de la fe que hace, se cultiva y se vive ordinariamente en el seno de una comunidad cristiana pequeña en su cuna, pero entregada, constante y fructífera en su tarea evangelizadora. No es escritor, ni legó doctrinas teológicas, espirituales o pastorales conocidas, pero mostró sus heroicas virtudes».

Finalmente, en sus investigaciones, Andrés Francisco Peña, avalado también por testimonios de historiadores, comprobó que los restos de san Asturio, igual que los de san Ildefonso, acabaron huyendo hacia el norte, concretamente hacia las montañas de Asturias, «buscando la seguridad, al igual que otras muchas reliquias, entre las que se encuentra el Santo Sudario», explica. «Investigando más, descubrí que en el arca número 4, se encontraban los restos de san Julián, arzobispo de Toledo, y de san Serrano».

El siguiente paso fue ponerse en contacto con el Deán de la Catedral, don Benito Gallego. «El año pasado vinimos a la catedral –explica el párroco de Villaseca–, y nos mostraron las fotografías del continente del arca y, tras este viaje, hablé con el arzobispo de Toledo, don Braulio Rodríguez Plaza, para ver si veía bien pedir un pequeño testimonio de las reliquias de san Asturio Anulino Serrano para conservarlo en el pueblo. Fue a través de él por quien lo solicitamos a la catedral, y el Cabildo, con todo el reconocimiento, nos lo concedió. Para venir a recoger este pequeño fragmento me han acompañado la concejala de Cultura del Ayuntamiento, María Estrella Vasco, una de las colaboradoras de la parroquia, Amparo García, y otro sacerdote, José María Bonilla, que ejerció como diácono en el pueblo».

Recibido por su sucesor

La recepción de la reliquia en Villaseca será un acto solemne que presidirá este sábado el propio arzobispo y sucesor de san Asturio, monseñor Braulio Rodríguez Plaza, con presentación ante la Patrona, la Virgen de las Angustias, y Eucaristía de acción de gracias incluida.

El hecho de compartir una parte de las reliquias de san Serrano es, según explica Agustín Hevia, canónigo de la catedral ovetense, «un signo de comunión, que busca fomentar y compartir la piedad y la devoción de los feligreses, y además, no es novedoso, sino que ha sido práctica común y habitual a lo largo de los siglos».

Anabel Llamas / Redacción