El Papa reconoce que perdonar «no es fácil», «es una gracia que debemos pedir», pero «después vendrá la paz» - Alfa y Omega

El Papa reconoce que perdonar «no es fácil», «es una gracia que debemos pedir», pero «después vendrá la paz»

Francisco ha hablo en la audiencia general del padrenuestro, oración que el Pontífice ha definido como «la oración por excelencia de los hijos de Dios» y «la mejor manera de prepararnos para recibir a Jesús en la comunión»

José Calderero de Aldecoa
El Papa Francisco durante la audiencia. Foto: Vaticano

Nuevo alegato del Papa sobre el perdón: «Perdonar a quién nos ha ofendido no es fácil. Es una gracia que debemos pedir. Después vendrá la paz». Por eso, hay que implorar «a Dios que perdone nuestras ofensas» y nosotros «comprometernos al mismo tiempo a perdonar a los que nos han ofendido». Lo ha hecho durante la audiencia general de este miércoles 14 de marzo, que Francisco ha dedicado al padrenuestro, la fracción del pan y al intercambio de paz.

Sobre el padrenuestro, el Pontífice ha explicado que «no es una de tantas oraciones cristianas, sino que es la oración por excelencia de los hijos de Dios». En ella «llamamos “Padre” a Dios» y al recitarla «rezamos como lo hacía Jesús. Eso es bello» y «hace resonar en nosotros los mismos sentimientos de Cristo Jesús».

El Santo Padre también ha explicado que el padrenuestro es, además «la mejor manera de prepararnos para recibir a Jesús en la comunión. «¿Qué oración mejor que la enseñada por Jesús para prepararse para la comunión sacramental con Él?», ha preguntado el Papa. «En ella pedimos el “pan nuestro de cada día”, con una referencia particular al pan eucarístico que necesitamos para vivir como hijos de Dios», ha añadido.

Perdón y fraternidad

Por otro lado, el Pontífice se ha referido en la audiencia al gesto del intercambio de la paz, que ha unido al perdón implorado previamente durante el padrenuestro. «Señor, enséname a perdonar como tú me has perdonado. Así, abriéndonos al perdón de Dios nos disponemos a vivir el amor fraterno».

Para el Papa, el intercambio del gesto de paz se realiza porque «no es posible comunicar el único pan que nos hace un solo cuerpo en Cristo, sin reconocernos pacificados en el amor fraterno». La paz de Cristo «no puede radicarse en un corazón incapaz de vivir la fraternidad y de recomponerla tras haberla herido».

Antes de concluir, Francisco ha hablado brevemente de la fracción del pan. «Es el gesto que permitió a los discípulos reconocer a Jesús después de la Resurrección» y que está acompañado en la Misa por la invocación al “Cordero de Dios”. En ella se identifica «a Jesús como aquél que quita el pecado del mundo. En el pan eucarístico, que se parte para la vida del mundo, reconocemos al verdadero cordero de Dios, que es Cristo, y le suplicamos: “Ten piedad de nosotros… y danos la paz”».