«Hoy hay muchos mártires en la Iglesia», más que en tiempos de Nerón, denunció el Papa en la Misa matinal en la residencia de Santa Marta. En Irak y en Siria, el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa ha condenado la crucifixión de personas en territorios de Irak y Siria controlados por los islamistas. En Nigeria, nuevos atentados contra iglesias cristianas dejaron el fin de semana decenas de muertos, cerca de donde, en abril, Boko Haram secuestró a 200 niñas. Pero además de esta persecución sangrienta, el Papa aludió a otros casos en los que «los cristianos son expulsados de forma elegante, con guante blanco. También ésa es una forma de persecución».