Vuelve a España el San Juanito de Miguel Ángel

El Museo Nacional del Prado acoge, desde este lunes y hasta el 28 de junio, la única obra de Miguel Ángel existente en España y una de las dos que hay fuera de Italia. Se trata de un San Juan Bautista niño, conocido popularmente como San Juanito. El hecho es todavía más relevante porque la imagen fue totalmente destruida en 1936, y ha sido reconstruida a partir de una quincena de trozos sueltos. Tras su paso por el Museo del Prado, la escultura volverá a su lugar de origen, la capilla del Salvador de Úbeda (Jaén).

El San Juanito fue roto en pedazos en julio de 1936, al comienzo de la Guerra Civil, probablemente por un grupo de anarquistas. Los atacantes también quemaron la cabeza. Hasta 1994, parecía que todo lo que iba a quedar de él eran 14 fragmentos, sólo un 40 % de su volumen original. Pero ese año sus propietarios, la Fundación Casa Ducal de Medinaceli, decidió encomendar un proyecto de recuperación al Opificio delle Pietre Dure, el Centro de Restauración de Florencia.

Allí, durante casi 20 años, han trabajado utilizando métodos novedosos como el uso del láser para limpiar la superficie negra y abrasada de la cabeza, o la reconstrucción virtual en 3-D de la escultura completa basándose en fotografías tomadas poco antes de su destrucción. Una vez montada la estatua con los fragmentos originales de mármol, se integraron las partes perdidas, realizadas con fibra de vidrio y luego estucadas, entonadas con témpera y selladas con cera y barniz. Al mismo tiempo, el profesor de la Universidad de Nápoles Francesco Caglioti realizó una minuciosa investigación que terminó confirmando la autoría de Miguel Ángel.

Obra de juventud

El San Juanito fue el primer encargo que tuvo Miguel Ángel al volver de Bolonia a Florencia en 1495. Su destinatario era Lorenzo di Pierfrancesco de Médicis. A mediados del siglo XVI, Cosme I de Médicis se lo regaló al español Francisco de los Cobos, quien lo tuvo en su villa de Sabiote (Jaén). Tras su muerte, el San Juanito pasó a enriquecer la capilla sepulcral que De los Cobos mandó construir en su Úbeda natal, donde permaneció hasta 1936.

En lugar de seguir el modelo del San Juan Bautista de Donatello como hacían los demás escultores florentinos, Miguel Ángel representó al santo más joven, como un niño de unos 6 o 7 años. Siguiendo el ejemplo de la escultura helenística griega, apoya la pierna izquierda sobre una roca y al doblarla ligeramente crea unas elegantes líneas oblicuas, un recurso estético que el artista utilizaría en diversas obras. Los brazos doblados, la cabeza ligeramente inclinada y el énfasis en el cuerpo desnudo recuerdan modelos de la escultura clásica, tan admirada por Miguel Ángel. Se perciben semejanzas compositivas evidentes entre esta y otras obras del maestro, como el pequeño san Juan Bautista en el cuadro inacabado conocido como la Madonna de Manchester (Londres, National Gallery, 1495-1496) y la escultura de Baco con sátiro del Museo del Bargello (1497-98).

Con él, «España recupera una obra maestra de la estatuaria, capital para la comprensión de la evolución del artista que más influencia ha ejercido en el desarrollo del arte occidental», escribía este martes en una tercera de ABC el duque de Segorbe, Presidente de la Fudnación Casa Ducal de Medinaceli.

Hasta su vuelta a Úbeda, el Prado ofrecerá breves explicaciones delante de la obra para ayudar a los visitantes a situarla en su contexto. Serán los martes y los miércoles a las 12:30 y 17:30 horas. Además, el Área de Educación incluye en su ciclo habitual conferencias relacionadas con esta muestra.