Resurrección que libera - Alfa y Omega

José María, padre de cinco hijos, celebró la Vigilia Pascual con los internos de Soto del Real y cuenta su experiencia: «He entrado en la Pasión de Cristo por la puerta de experimentar la presencia de mis hermanos más desfavorecidos, los que están al margen de la sociedad».

Esta experiencia de vivir la Resurrección con ellos me ha llenado más que la vivida en otros ambientes y mi fe ha salido más realizada. Nada de grandes manifestaciones litúrgicas, pero se respiraba y se vivía una celebración cercana, todos en un mismo plano: internos, sacerdote, voluntarios, funcionarios… Los cuatro momentos de la celebración, el fuego, la luz, el agua y la Eucaristía se vivieron con un silencio y atención propios de quien se siente necesitado de pequeñas cosas que te ayuden a abrirte a la esperanza. En el rostro de todos se veía liberación, a pesar de sus crímenes, robos, atracos… La luz del Resucitado iluminaba su vida y el agua limpiaba la suciedad.

Celebrar la Resurrección es comenzar a sentirse libre, aun cuando los barrotes oprimen la libertad; es sentir el amor del Padre en un lugar donde el amor y el calor humano apenas se respiran. Fue edificante para mí la fe que demostraban, sin hipocresías; se sentían liberados momentáneamente en esa hora larga de celebración para afrontar la vida diaria en el módulo donde seguirán sintiendo su situación de presos y marginados. Y cuando uno se siente liberado acoge, respeta y transmite cariño. Eso es lo que pude observar en ellos. Todo era amabilidad y agradecimiento.

Hoy me he dado cuenta que se puede vivir la Resurrección de una forma diferente. No hacen falta grandes ceremoniales para comprender que la misericordia de Dios sigue revelándose en medio del sufrimiento, y su amor de Padre se descubre también donde la libertad no existe. Quiero que me mires a los ojos fue la canción con la que terminó la celebración; y para mí fue como un grito que me hizo sentir totalmente liberado y experimentar la presencia de Dios en mi vida en un lugar tan especial, rodeado de personas que piden libertad y cariño».