Escribir con las alas rotas - Alfa y Omega

Escribir con las alas rotas

Maica Rivera

Esta es una edición revisada de El libro de las despedidas. El poemario original de 2005 tuvo desde su primer alumbramiento una clara vocación de prosa que se confirma ahora con la integración de Las soledades de Carancanfunfa, una colección de textos que apenas se llegó a distribuir en 1986 con ediciones Libertarias y que nos llega podada con modos de prólogo disfrazado de epílogo en tanto que 20 años antes pudo ser epifanía de lo literario que estaba por venir. El conjunto es una narración autobiográfica que una vez trató de ser novela, donde cronológicamente vemos primero a Andrés Aberasturi como un Bogart a la española. Perdedor, maldito, de cigarro y café solo, herido de desamor en los 80, con un estado de ánimo de derrota en las primeras soledades que evolucionará hacia posturas existencialistas profundamente desesperanzadas con las despedidas finales.

Como Carancanfunfa, personaje imaginario inventado por Enrique Santos Discépolo para el tango El choclo, Aberasturi confiesa explícitamente la clave de su tono literario: «Escribir es a veces una forma disimulada de llorar». Su voz triste canta a los silencios, ausencias, desgarros, vacíos, mentiras y olvidos. Promulga una suerte de tibia indulgencia como consecuencia de la resignación, «llevo tanto otoño dentro de mí que empiezo a perdonar lo imperdonable», pero se lamenta, desde un cuarto que «está tan oscuro, tan frío» que «hace miedo».

Desde la «nota del autor» justifica no señalar ni dejar citadas todas «las intertextualizaciones» a pie de página, lo hace para no romper la unidad del relato y por resultarle muy obvias. Lo cierto, un poco exasperante, es que del Neruda más luminoso, el de los Veinte poemas de amor y una canción desesperada, se las ingenia para quedarse con lo más opaco, la declaración de que no volverá a coger la pluma para retomar un universo poético que considera «cerrado a cal y canto». Tampoco es baladí que la cita de presentación del libro sea tomada de la película Million dollar baby, «…entre ninguna parte y el olvido». Es decir, todo en este curioso proyecto literario cosido a retales, de muy fácil y rápida lectura, está minuciosamente estudiado para dar con la puerta en las narices a la esperanza. Lo que viene a significar, lo que nos viene a presentar un autor hipersensible con el corazón tan roto como las alas que una vez le hicieron volar. Se inmola en nombre de la desolación y el desconsuelo, se esfuerza por dosificar la rabia a ritmo tranquilo y pausado ante el desarraigo nihilista, la nostalgia de la infancia y el amor romántico perdido, pero, sobre todo, la dramática pérdida de los padres.

Especialmente conmovedores son los recuerdos de sus progenitores en lo cotidiano, leyendo el periódico o ejerciendo de inamovible pilar familiar, cuyo amor sencillo coloca al lector en la posición más cercana a lo salvífico que podrá ambicionar en estas páginas. Un paso más allá, estremecedoras son sus meditaciones, casi aullidos, frente a una tremenda imagen de un Cristo agonizante que veía de niño en el templo, en la medida en que su violenta reacción le desnuda verdaderamente a nuestros ojos, se nos muestra enfermizamente frágil, muy vulnerable, incapaz de soportar el sufrimiento encarnado en el suplicio de la Cruz.

El libro de las despedidas
Autor:

Andrés Aberasturi

Editorial:

La Esfera de los Libros