¡Ven, Espíritu Santo! - Alfa y Omega

¡Ven, Espíritu Santo!

Redacción

Qué delicia cuando los hermanos conviven unidos; porque esta convivencia es fruto de la asamblea eclesial; se les llama hermanos porque la caridad les hace concordes en un solo querer.

Leemos que, ya desde los orígenes de la predicación apostólica, se observaba esta norma tan importante: En el grupo de creyentes todos pensaban y sentían lo mismo. Tal, en efecto, debe ser el pueblo de Dios: todos hermanos bajo un mismo Padre, todos una sola cosa bajo un solo Espíritu, todos concurriendo unánimes a una misma casa de oración, todos miembros de un mismo cuerpo, que es único.

San Hilario de Poitiers (315-367)