Ermanno Olmi - Alfa y Omega

Ermanno Olmi

Juan Orellana
Foto: AFP Photo/Alberto Pizzoli

El pasado día 7 falleció el cineasta italiano Ermanno Olmi, uno de los directores de cine católicos más representativos de la historia del séptimo arte. A él le debemos títulos como El árbol de los zuecos, La leyenda del santo bebedor, El oficio de las armas, Centochiodi o Il villaggio di cartone. Las dos primeras son, probablemente, sus obras maestras. Olmi era un hombre de fe, profundamente cristiano y muy sensible a la situación del hombre contemporáneo. Pero como buen artista era inclasificable, alérgico a las etiquetas, inconformista y –últimamente– incluso incómodo. Estuvo probado por una terrible enfermedad, al borde de la muerte, y nunca sucumbió a la desesperanza. Hace diez años declaró esto en una entrevista realizada por Xavier Juncosa: «Tengo 76 años, sé que el momento de la muerte se avecina. Yo ahora no tengo miedo. Estoy seguro de que ese momento será como un segundo, un segundo que durará una eternidad. Podría imaginarme que veo aparecer trasparente entre la materia un rostro como el que la iconografía representa al Padre eterno, y mirándome para interrogarme, yo no recitaré ninguna oración, sino que le daré una lista con el nombre de mis amigos». Descanse en paz.