Francisco pide «gestos concretos de fraternidad, concordia y reconciliación» a los católicos chinos - Alfa y Omega

Francisco pide «gestos concretos de fraternidad, concordia y reconciliación» a los católicos chinos

Durante la audiencia general, el Papa también ha reclamado que los católicos que viven en China «puedan vivir la fe con generosidad y serenidad»

José Calderero de Aldecoa
Foto: AFP Photo/Greg Baker

El Papa ha reclamado que los católicos que viven en China «puedan vivir la fe con generosidad y serenidad» y a los fieles chinos les ha pedido realizar «gestos concretos de fraternidad, concordia y reconciliación, en plena comunión con el Sucesor de Pedro».

Francisco ha hecho estas declaraciones al final de la audiencia general de este miércoles, al mismo tiempo que recordaba la fiesta de la Santísima Virgen María Auxilio de los cristianos, que se celebra este jueves 24 de mayo y que es «particularmente venerada en el santuario de Sheshan, cerca de Shanghai, en China».

Esta «celebración nos invita a estar espiritualmente unidos a todos los fieles católicos que viven en China», ha asegurado el Santo Padre. «Por ellos rezamos a la Virgen».

Antes de concluir, el Pontífice se ha dirigido unas palabras a los católicos chinos, a los que les ha asegurado que «la Iglesia Universal reza con ustedes y por ustedes para que también entre las dificultades, puedan seguir confiándose a la voluntad de Dios».

La Virgen, ha concluido Francisco, «no les hará faltar nunca su ayuda y los custodiará con su amor de madre».

El Espíritu Santo y la Confirmación

Antes de hablar de China, el Papa reflexionó sobre el Espíritu Santo, a raíz de la fiesta de Pentecostés celebrada el domingo, y sobre el sacramento de la Confirmación, que «confirma el bautismo y robustece la gracia bautismal».

«Se llama también crismación, —explicó— porque con la unción del crisma se recibe al Espíritu Santo, para que el cristiano se conforme cada vez más a Cristo y se comporte siempre como hijo de Dios».

Antes de concluir, Bergoglio afirmó que «en Pentecostés, el Espíritu descendió con su fuerza sobre los apóstoles y recibieron el impulso misionero de entregar sus vidas por la santificación de los hombres, para gloria de Dios». «En la confirmación, Cristo nos colma con su Espíritu y nos consagra como testigos suyos, nos hace partícipes de su misma vida y misión. El testimonio cristiano consiste en hacer todo lo que el Espíritu de Cristo nos pide, dándonos su gracia para cumplirlo».