El sí al aborto gana en Irlanda - Alfa y Omega

El sí al aborto gana en Irlanda

Tras el matrimonio homosexual, los irlandeses aprueban liberalizar su ley del aborto. Estos cambios sociales coinciden con el descrédito de la Iglesia por los escándalos de abusos sexuales. Desde el Vaticano, monseñor Paglia lamenta que se facilite «el trabajo sucio de la muerte», e invita a seguir trabajando para que ninguna mujer se vea abocada al aborto

Redacción

Irlanda ha votado a favor de reformar la Constitución para liberalizar la legislación sobre el aborto, hasta ahora una de las que más garantiza en Europa los derechos del concebido.

Los primeros resultados oficiales correspondientes a los datos procedentes de cuatro circunscripciones confirman una victoria arrolladora del a la liberalización del aborto tras el referéndum celebrado este viernes, con unos dos tercios de los votos a favor, frente al tercio restante en contra, y una participación del 62,2 %. El recuento puso abruptamente fin a las esperanzas del «no», que en las últimas semanas había reducido la diferencia en las encuestas.

El primer ministro irlandés, el democristiano Leo Varadkar, ha dicho este sábado que Irlanda tendrá «una constitución moderna para un país moderno» y ha considerado este resultado como Irlanda «la culminación de una revolución tranquila». Tanto la UE como la ONU habían presionado a Irlanda para cambiar su legislación sobre el aborto.

Como ocurrió en la consulta de 2015 para legalizar el matrimonio homosexual, una parte significativa de la diáspora irlandesa se ha desplazado con cualquier medio de transporte a su disposición para no perderse una «oportunidad única en toda una generación», según pidió Leo Varadkar, de 39 años, médico de profesión y abiertamente gay.

Se trata de profundos cambios sociales impulsados en un momento de fuerte descrédito de la Iglesia católica, tras los escándalos de abusos sexuales destapados en los últimos años.

Pese a todo, la batalla no ha terminado. El referéndum implica la eliminación de la llamada «octava enmienda», incluida en 1983 en la Constitución, y que garantiza de igual manera el derecho a la vida del «no nacido» y de la madre. De acuerdo con esta provisión, la ley promulgada en 2013 por el Ejecutivo del Fine Gael, la primera en la historia de Irlanda, solo permite el aborto en circunstancias excepcionales, como cuando la vida de la madre corre peligro, pero no en supuestos como los casos de violación o malformaciones del feto. Ahora se habla de una posible ley de plazos, hasta las 12 semanas, y en casos excepcionales, hasta las 24 semanas. El gobierno quiere que la ley esté lista antes de final de año.

Esa ley abrirá la puerta a los «abortos a la carta», teme el dirigente del Sinn Féin Peadar Toibin, tercera fuerza nacional y uno de los activistas más visibles del no. También los grupos provida anuncian que seguirán dando la batalla.

Desde la Santa Sede, el Presidente de la Academia Pontificia de la Vida, Vincenzo Paglia, dijo a Vatican News: «Creo que no hay victoria para cantar, y mucho menos para regocijarnos, también porque todo lo que de alguna manera facilita el trabajo sucio de la muerte no nos hace particularmente felices. Es por eso que estos hechos en Irlanda deben empujarnos aún más no solo a defender la vida, sino a promoverla, a acompañarla, a crear las condiciones» para que ninguna mujer se vea a «decisiones dramáticas» como acabar con la vida de su hijo.

Agencias / Redacción