La custodia con la imagen de la Virgen creada por las monjas del Reto - Alfa y Omega

La custodia con la imagen de la Virgen creada por las monjas del Reto

Las dominicas de Lerma lanzan una nueva iniciativa: una custodia con la imagen de la Virgen para la adoración en las parroquias, y también para la oración en las casas

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Foto: Dominicas de Lerma

«Es una escultura para decirte que Jesús y María no son ajenos a tu vida, que caminan contigo, que quieren vivir contigo y hacerte feliz», dice sor Leticia, la maestra de novicias de las dominicas de Lerma, sobre la nueva iniciativa de evangelización que han promovido.

Foto: Dominicas de Lerma

Se trata de una espectacular imagen de la Virgen a la que han llamado Cor orans (corazón orante, como la última instrucción del papa sobre la vida contemplativa), arrodillada y con rostro sereno, que muestra una custodia en las manos en actitud de ofrecimiento hacia quien está delante. La intención es mostrar que «María siempre te entrega a Jesús y te lleva a Él. Por eso aparece con la mirada hacia Él, y te lo ofrece a ti», dice sor Leticia.

La escultura la ofrecen a parroquias a su tamaño original de 80 cm (equivalente a 140 cm de pie), para poder poner en sus manos una custodia de 13 cm de diámetro. También está disponible en un tamaño más pequeño para que pueda ser acogida en casas y familias.

El origen de esta iniciativa es «la importancia que están dando los jóvenes a las adoraciones. Son capaces de estar escuchando música a tope y luego ponerse de rodillas ante el Santísimo, parece que no les cuesta», dice sor Leticia. Por eso esta imagen está pensada «para ayudarles a que gusten de la adoración y les entre por los ojos».

«Si no damos a Cristo, no damos nada»

En el apostolado que realizan las monjas desde el monasterio, se han encontrado «con mucha gente herida, sobre todo por el tema del perdón. Por eso sacamos el libro Si no puedes perdonar este libro es para ti, y por eso también queremos difundir esta imagen, porque el perdón no lo consigue uno por sus propias fuerzas. Nosotras siempre enviamos a la gente a Cristo, a una adoración. ¿Necesitas perdonar? Ve a Cristo. ¿Necesitas reconciliarte y no sabes cómo? Ve a Cristo. ¿Necesitas amor? Ve a Cristo. Todos necesitamos a Cristo. Si a los jóvenes no les damos a Cristo, en realidad no les damos nada».

Foto: Dominicas de Lerma

La imagen «es muy femenina, muy mujer, muy madre y muy consagrada. Es algo distinta a lo que estamos acostumbrados, pero a la vez es muy sencilla. La Virgen está arrodillada, cerca de ti».

Además, lleva en uno de sus dedos una alianza que pertenece a una persona separada, con lo que «ponemos en sus manos a tantas personas y tantos matrimonios, tanto los que están bien como los que sufren. Y sobre todo le encomendamos a los hijos, porque hay muchas madres y padres que sufren por ellos. Es como decirles: ponlos en sus manos, que ellos te ayudarán», explica la maestra de novicias.

Las imágenes, tanto en su formato original como en su tamaño reducido, se pueden encargar a las dominicas de Lerma escribiendo al email: vivedecristopedidos@gmail.com

Un rostro actual y muy humano

Jorge Fernández es el escultor que ha realizado la escultura. Procedente de una familia de escultores e imagineros de Arte Aznárez (www.arteaznarez.com), explica que «sor Leticia me pidió un rostro de la Virgen muy joven, y creo que el resultado es una Virgen María que transmite serenidad y paz, con una ligera sonrisa. Además me pidió que tuviera “un gesto de certeza”, que mirara con intención al que la ve y mostrara seguridad en su rostro».

El escultor afirma que ha trabajado «teniendo en mente un rostro actual, que está de acuerdo con los cánones de belleza de nuestro tiempo, un rostro que tiene vida y que transmite y comunica mucho». Todo ello con la intención de «plasmar con sencillez la humanidad de la Virgen, porque creo que es algo esencial en nuestra fe. Jesús vivió entre nosotros como hombre. No me gustan las imágenes religiosas que parecen distantes. Mi objetivo es que la imagen ayude a rezar, que quien se ponga ante ella piense en Dios y en hacer el bien. Esa es su función».