Fallece a los 110 años Victoria de la Cruz, misionera española en Japón desde 1936 - Alfa y Omega

Fallece a los 110 años Victoria de la Cruz, misionera española en Japón desde 1936

Redacción

Cuando estaba apunto de cumplir los 111 años, la misionera más longeva del mundo —la española sor Victoria de la Cruz— ha fallecido este lunes 4 de junio de un paro cardiaco.

La religiosa se hizo conocida durante la celebración de su último cumpleaños, momento en el que se le vio tocando alegremente las castañuelas en Japón para sus compañeras de comunidad al ritmo de la canción Que viva España.

Una vida entregada a la misión

Victoria nació el 24 de junio de 1907 en la fonda Andaluza, situada en Málaga y propiedad de su abuela paterna. Decidió ingresar en las adoratrices tras unos ejercicios espirituales que recibió en los años veinte del pasado siglo.

En 1936 fue destinada a Japón, a donde llegó en barco dos meses después de dejar España. Cuando el país nipón entró en la Segunda Guerra Mundial, la religiosa tuvo que marchar desde Tokio a las montañas de Karuizawa, al norte de la capital japonesa, junto a las religiosas de su comunidad.

«Me acuerdo perfectamente de aquellos momentos difíciles que pasamos durante la guerra, sufrimos entonces muchísimo frío, teníamos poca comida, y pasamos de todo, hasta que acabó la guerra y todos nos marchamos a la ciudad de Yokohama, al sur de la capital», señaló la religiosa adoratriz en 2015 a la agencia AVAN.

Fundadora

Durante sus años como misionera, Victoria de la Cruz ejerció su labor en distintos colegios, llegando a ser superiora en varias de las comunidades por las que ha pasado e, incluso, fundadora de algún centro. Así, tras unos años de misión en Japón, fue destinada a California, durante seis años para fundar un colegio en la ciudad de Dos Palos, y de nuevo regresó a Japón para continuar sus responsabilidades.

Sus últimos años de vida ha permanecido en la ciudad de Kitami, en Tokio, en una residencia de religiosas, en donde existen tres comunidades «que se reúnen para rezar, participar en las eucaristías y comer juntas», explicó a AVAN.