«Es importante que la gente vea matrimonios que se quieren y duran» - Alfa y Omega

«Es importante que la gente vea matrimonios que se quieren y duran»

«En casa procuramos celebrarlo todo, porque es importante ser consciente de todo lo bueno que nos sucede. Este año se añade a nuestra lista de celebraciones nuestras bodas de plata, y nada menos que en la catedral de la Almudena. ¡A lo grande!»: así de contentos están Emilio y Choni

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Emilio y Choni en la plaza Mayor de Madrid. Foto: Emilio y Choni

«En casa procuramos celebrarlo todo, porque es importante ser consciente de todo lo bueno que nos sucede. Este año se añade a nuestra lista de celebraciones nuestras bodas de plata, y nada menos que en la catedral de la Almudena. ¡A lo grande!»: así de contentos están Emilio y Choni, que este domingo van a festejar sus 25 años de matrimonio en una Misa especial en la catedral de Madrid, en una celebración presidida por el obispo auxiliar Juan Antonio Martínez Camino, SJ a las 12:00 horas, a la que acudirán otros 50 matrimonios que celebran sus bodas de plata, y 40 que celebran sus bodas de oro. Ambos se muestran muy ilusionados con la cita, pues aunque tenían otro compromiso, al final acudirán «porque es importante que la gente vea que hay matrimonios que se quieren y duran siempre juntos».

Poco podían imaginar Emilio y Choni cómo serían estos 25 años cuando se cruzaron por primera vez en los pasillos de la Facultad de Matemáticas a principios de los 90. Tres años después, el 18 de septiembre de 1993, se casaron, tras una semana entera lloviendo sin parar. El sol se abrió para ellos y así comenzaron «25 años llenos de felicidad», como explican, en los que vieron nacer a su hija Almudena y a su hijo Álvaro, hoy de 22 y 19 años.

Buenas compañías y sentido del humor

Durante este tiempo no han estado solos, han sabido rodearse de buenas compañías y se han preocupado por formarse mejor y amar más su vocación. Frecuentaron un grupo de jóvenes de Acción Católica y formaron parte de un grupo de matrimonios con la ayuda de un sacerdote. Años después se incorporaron a los Equipos de Nuestra Señora «para poder vivir nuestro matrimonio de un modo cristiano. Junto a otros matrimonios y un sacerdote, eso nos ha llevado a ser plenamente conscientes de nuestra vocación matrimonial, a no dormirte, a estar siempre alerta para no dejarte llevar por la corriente de las separaciones, a descubrir a tu cónyuge como un regalo, y no como un paquete [risas]». Además, en este tiempo «hemos tenido también la gracia de hacer ejercicios espirituales los dos juntos, a veces incluso con nuestros hijos, con sacerdotes que entendían muy bien la vocación del matrimonio».

Si tuvieran que destacar algún secreto para su estabilidad, los dos mencionan el sentido del humor, porque «es necesario quitarle importancia a las cosas que no la tienen, eso ayuda a que la convivencia sea más agradable. Además, siguiendo el consejo de un sacerdote, no nos hemos acostado ningún día enfadados. Total, si al final hay que desenfadarse, cuanto antes mejor. Esto ha ayudado mucho a que no hayamos tenido que superar ningún bache relativo a convivencia. ¡Y esperamos que esto siga así otros 25 años!», dicen con humor.

Hablar y rezar juntos

Un cuarto de siglo de vida en común da para mucho, y no han faltado problemas de salud o de trabajo, «pero ninguno lo suficientemente importante para hacer peligrar nuestra familia», afirman. Quizá porque ambos tienen presente el Evangelio que resonó para sellar su alianza el día de su boda. «Elegimos el pasaje de la casa fundada sobre roca, porque Dios es la roca sobre la cual hemos querido construir nuestra familia».

Esa declaración inicial se fue concretando con el pasar del tiempo en acciones sencillas: «Hemos rezado juntos, hemos dialogado mucho juntos en presencia de Dios, hemos estado disponibles para Él cuando ha sido necesario, y hemos intentado descubrir su voluntad sobre nuestra familia en cada momento».

Viviendo la espiritualidad conyugal según el carisma de los Equipos de Nuestra Señora, Emilio y Choni tienen claro que «nuestro objetivo es la santidad, y nos sentimos uno ayuda y apoyo para el otro, y así alcanzar juntos este fin, siempre con la ayuda de Dios».