«Me gusta aprender tantas canciones en la escolanía» - Alfa y Omega

«Me gusta aprender tantas canciones en la escolanía»

La escolanía de Madrid busca niños para cantar en la catedral y en otras celebraciones importantes de la diócesis. Beatriz y Marcos llevan ya dos años en el coro y cuentan qué han aprendido

María Martínez López
Marcos y Beatriz, después de una actuación con la escolanía en mayo. Foto: Juan Carlos Román

Dos veces a la semana, Beatriz y Marcos dedican parte de la tarde a cantar. Son mellizos, tienen 8 años, y los dos están en la escolanía diocesana de Madrid, un coro de unos 30 niños de entre 7 y 15 años. Entraron hace dos años. «Una amiga que se llama Celia nos dijo que se juntaba para cantar con otros niños y que era un coro cristiano –nos cuenta Marcos–. Nos preguntó si queríamos apuntarnos. A nosotros nos gusta cantar, y nos pareció buena idea». Empezaron a ir a los ensayos, y al poco tiempo ya pudieron empezar a cantar en público. «Fue muy emocionante, y no me puse nerviosa», recuerda Beatriz.

La escolanía nació en 2006. Al arzobispo de Madrid se le ocurrió que, además del coro de mayores, sería bueno que hubiera una escolanía. Y no solo porque es bonito que canten niños en la catedral. «A través de la música –explica Mercedes, la directora–, van conociendo poco a poco cómo es la vida de la Iglesia. Por ejemplo, los distintos tiempos litúrgicos», con el tipo de música propio de cada uno: villancicos en Navidad, canciones más serias en Cuaresma para prepararnos para la Semana Santa; y, en Pascua, otras llenas de alegría por la Resurrección de Jesús.

Por ejemplo, la canción favorita de Beatriz es el Regina coeli, una canción que anuncia a la Virgen la Resurrección de Jesús. «Y la mía –añade Marcos– es María Mater», otra obra dedicada a la Virgen.

Llegar a conocer tantas canciones «es lo que más me gusta de la escolanía», prosigue. «A muchos chicos también les gusta porque hacen amigos de otros colegios», cuenta la directora.

Los ensayos de la escolanía son los lunes y los miércoles. Estos dos hermanos están en el grupo que hace las segundas voces, las que acompañan la melodía principal (la música que más se conoce de cada canción). Por eso tienen que aprendérselas bien, para no equivocarse y cantar lo mismo que el resto. «Cuando te acostumbras no es difícil», dice Beatriz. En la mayoría de los ensayos están ellos solos para no hacerse un lío. «Luego, si un fin de semana vamos a cantar en la catedral, tenemos ensayo general todos juntos el viernes».

En la catedral… y fuera

La escolanía canta en la catedral de la Almudena, de Madrid, un fin de semana al mes, en una Misa del sábado y otra del domingo. «Además, hacemos conciertos –continúa la niña–. Siempre hacemos uno en Navidad, y el sábado pasado estuvimos también cantando» porque había una fiesta de toda la diócesis. Todo esto es en la catedral. Pero, además, se llama escolanía diocesana porque pueden cantar en otras Misas, si el obispo visita algún lugar o hay una celebración importante. «La escolanía está para que la use toda la diócesis», explica Mercedes.

Formar parte de este coro es gratis, y cada año entran niños nuevos. Hasta ahora, podían apuntarse a comienzo de curso, en septiembre u octubre. Este año se está haciendo ahora, en junio, «para que los padres sepan los horarios ya y no coincida con otras actividades extraescolares como fútbol o inglés».

Antes de entrar en el coro, «nos hacen una prueba de cómo cantamos –cuenta Marcos–. Hay que cantar “a” e “i” subiendo y bajando de tono, para ver si eres primera o segunda voz».

No hace falta saber música o leer partituras. «Mercedes canta cómo es cada frase, y nosotros la seguimos y lo vamos repitiendo», dice el niño. «Aunque no sepan música –explica Mercedes– usamos partituras porque los chicos se acostumbran a ver en ellas por lo menos si el sonido sube o baja, y aprenden a leer la letra de las canciones, que está escrita debajo de las notas».