El museo de la catedral amplía su colección - Alfa y Omega

El museo de la catedral amplía su colección

El Museo Catedral de la Almudena acaba de incorporar a su colección una nueva obra, el Tríptico de la Anunciación, de Marcelus Coffermans

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Tríptico de la Anunciación, de Marcelus Coffermans. Foto: Taller diocesano de restauración Nuestra Señora de la Almudena

El Museo Catedral de la Almudena acaba de incorporar a su colección una nueva obra, el Tríptico de la Anunciación, de Marcelus Coffermans. La obra ha sido cedida en depósito por la Real Congregación de Arquitectos de Nuestra Señora de Belén en su Huida a Egipto, y ha sido sometida a un proceso de limpieza y consolidación de las tablas por el taller diocesano de restauración Nuestra Señora de la Almudena, que también ha retirado diversos añadidos posteriores que distorsionaban el conjunto.

El tríptico, recientemente presentado por el vicario general de la diócesis, Avelino Revilla, recoge el tema de la Anunciación en una composición original: detrás de la Virgen María, al fondo de la estancia, hay pintada otra tabla, en la que aparecen tres figuras del Antiguo Testamento: Abrahán, Moisés y Gedeón, con sus respectivas alusiones a la Madre del Señor.

Las otras dos tablas que componen el tríptico describen distintos momentos de la Historia Sagrada que prefiguran de alguna manera el nacimiento de Cristo. La tabla izquierda describe el relato de la anunciación del nacimiento de Juan Bautista a su padre, Zacarías, que aparece indicando a los presentes que se ha quedado mudo a causa de su incredulidad. Y en la tabla derecha se representa la visitación de la Virgen María a santa Isabel, con el encuentro de san José y Zacarías al fondo.

Influencia de Durero

Su autor, Marcelus Coffermans, fue un pintor flamenco cuya carrera artística se desarrolló principalmente en Amberes, y que estuvo muy relacionado con la escuela pictórica de Brujas. Sus obras, en las que se puede percibir una influencia notable del estilo de Durero, se caracterizan por el tratamiento lumínico del paisaje, el plegado de los ropajes y la firmeza del trazo al dibujar. Asimismo, el autor idealiza los rostros femeninos, dibujándolos con forma ovalada y ojos semicerrados, como se aprecia en el rostro de la Virgen María en este tríptico, y emplea colores esmaltados y tonos azulados. La mayoría de sus pinturas son muy pequeñas y están ejecutadas de forma muy minuciosa.

Se piensa que Coffermans pudo pintar su Anunciación hacia 1575, y con el paso de los siglos llegó hasta la localidad de Puigcerver, un pequeño pueblo del término municipal de Senterada, en Lérida, cuya iglesia de San Salvador se derrumbó a mediados del siglo XX y actualmente está en ruinas. En determinado momento, la obra acabó en manos de la Real Congregación de Arquitectos, que tras la restauración por parte del taller de la Almudena –eliminando los repintes y aditamentos realizados añadidos a lo largo de sus más de 400 años de vida–, ha sido cedida al Museo Catedral para su exposición al público.